Esta fecha, que conmemora la rebelión de Stonewall de 1969, es un símbolo de resistencia frente a la violencia institucional y a la opresión de los cuerpos e identidades disidentes. En nuestro país, también existe una historia de persecución, represión y silenciamiento que afectó particularmente a las personas LGBTTTIQNBA+ durante el terrorismo de Estado. Hoy, esas violencias persisten bajo nuevas formas: exclusión laboral, pobreza, falta de acceso a la salud, criminalización y discriminación cotidiana.

El movimiento popular ha sido parte fundamental en la conquista de derechos para la comunidad LGBTTTIQNBA+ en Uruguay, y en particular en la aprobación de la Ley Integral para Personas Trans en 2018. Esa ley reconoce derechos esenciales en salud, educación, trabajo, vivienda y reparación histórica.

Cuando sectores reaccionarios impulsaron su derogación, el PIT-CNT se pronunció con firmeza en defensa de la ley, porque entendemos que no hay justicia social sin derechos para todas las identidades. Hoy, denunciamos los obstáculos en su implementación, la falta de presupuesto y de voluntad política para garantizar su alcance real.

Desde el movimiento sindical exigimos:

• Implementación efectiva de la Ley Trans.
• Políticas públicas integrales con enfoque interseccional que reconozcan la vulnerabilidad y garanticen el acceso de las personas LGBTIQ+ en el mundo del trabajo, la educación, la salud y la vivienda.
• Campañas públicas contra el odio y la discriminación, que enfrenten el avance de discursos reaccionarios que promueven la exclusión y la violencia.

La clase trabajadora es diversa. Por eso, el orgullo también se construye en los lugares de trabajo, en las fábricas, en los comercios, en la educación, en el Estado y en cada espacio donde defendemos los derechos de quienes viven del trabajo.

¡Orgullo es trabajo digno! ¡Orgullo es la clase! ¡Orgullo es luchar!