Personas no gratas
A pocas horas de un nuevo 25N, Día Internacional de Erradicación de la Violencia contra la Mujer, el Sindicato de la Industria de Medicamentos y Afines (SIMA) denunció prácticas consideradas de «hostigamiento patriarcal machista» contra una trabajadora que cursa el sexto mes de embarazo. La trabajadora es además, la primera presidenta y fundadora del sindicato de base de una de las empresas líderes del sector.
Según narró al Portal del PIT-CNT, Zoya Franco, secretaria general del SIMA, la empresa D4 Logística & Distribución, es una de las más importantes del sector, y se ha «ensañado» con la trabajadora que cursa el sexto mes de embarazo, al rechazar la petición inicial de la trabajadora de poder «utilizar una silla» y no continuar trabajando de pie ya que se cansaba excesivamente. «La primera respuesta fue negativa y la empresa reclamó que un médico certificara la solicitud». Asimismo, cuando se solicitó que la trabajadora fuera trasladada a otra tarea para no tener que continuar con ciertos esfuerzos físicos durante su embarazo, las jerarquías respondieron que si no podía continuar con su tarea original, «que se certificara» pero que no se le iba a buscar una alternativa por «el mero hecho» de cursar un embarazo.
Según información oficial, la empresa D4 nació «como una alianza estratégica entre los Laboratorios Celsius, Megalabs y Urufarma, con el fin de brindar un mejor servicio de almacenamiento y distribución de sus productos», así como para «ofrecer oportunidades de negocio» para aquellos clientes «que busquen optimizar su Cadena de Valor».
No aclara la empresa si la «cadena de valor» incluye el cuidado responsable de sus propios trabajadores. No hay mención al respecto en su sitio web oficial.
La secretaria general del SIMA, explicó al Portal que «la compañera reclamó su derecho a utilizar una silla, ya que trabajaba parada, cargando cajas de 12 y 15 kilos; inicialmente le respondieron que no y luego le pidieron que llevara un papel de su ginecólogo, donde se especificara cuánto tiempo ella debía sentarse durante la jornada laboral».
El sindicato también reclamó el cambio de tarea «ya que ella además de cargar ese peso, debía empujar las cajas en una línea, y esa acción implica que las cajas se apoyen sobre su vientre, pero la empresa también le negó el cambio de tarea».
Franco reveló que la respuesta lacónica de la empresa fue que si la trabajadora no podía realizar su tarea tal como estaba indicada, entonces «que su médico tratante la certificara por el resto del embarazo».
¿Ensañamiento?
Sí, el sindicato sostiene que aquí «claramente hay ensañamiento porque la trabajadora fue fundadora del comité de base sindical de la empresa», ella es «la única embarazada» y «la empresa es totalmente represora» y quienes le negaron inicialmente la silla y posteriormente el cambio de tarea, «son cuatro hombres: un médico, un técnico prevencionista, un encargado y un gerente».
Para la secretaria general del SIMA, es inadmisible que se «criminalice a una trabajadora por ser mujer y por estar sindicalizada» y la actitud «evidencia la violencia que se ejerce contra las mujeres, particularmente en un estado de vulnerabilidad que tenemos las mujeres cuando transitamos un embarazo».
En este sentido, el SIMA prepara sendas denuncias ante las autoridades correspondientes de la Inspección General de Trabajo del MTSS, y no descartan golpear otras puertas para que todas las autoridades nacionales vinculadas a INMUJERES y el Parlamento «estén al tanto y se hagan cargo» de estas prácticas de algunos empresarios que «invierten fortunas en tecnología y aman los robots» pero «se ensañan» con las y los trabajadores, particularmente los sindicalizados.
La secretaria general del SIMA, subrayó que en este caso, «hay un acto fragrante de discriminación hacia una mujer».
Franco dijo que como sociedad «nos falta muchísimo» para entender que hay prácticas cotidianas que están invisibilizadas de todo tipo de violencias hacia las mujeres.
«Nos falta mucho como sociedad, falta que las empresas lo entiendan, las autoridades, los partidos políticos, los sindicatos e incluso a nosotras mismas, las mujeres, también en ocasiones nos falta conocer nuestros derechos y comprender que tenemos derecho a vivir nuestro embarazo con felicidad, y también disfrutar de nuestro espacio de trabajo. Esto es clave, las mujeres tenemos el derecho a vivir libremente nuestro embarazo y no debemos transitarlo como si fuera una enfermedad», interpeló.
En el sitio web, el gerente general de la empresa, contador Diego Manganelli, señala: «trabajamos para el crecimiento del negocio».