Comenzaron los cursos del proyecto “Todo se Transforma” de reciclaje de ropa en el Espacio Modelo
Dicen que los grandes cambios y hasta las revoluciones comienzan con un primer paso. Acaso por ello una treintena de mujeres y hombres provenientes de distintas colectivas y disidencias, hoy iniciaron un proceso transformador con el que se han propuesto cambiar el mundo. Porque creen que la economía circular tiene un rol fundamental para cumplir en la sociedad, porque coinciden en la visión que el planeta no da más y que a través de la formación en las técnicas de upcycling, pueden comenzar a revertir un proceso devastador que acumula millones de toneladas de prendas en desuso que deambulan por ríos, mares, océanos y continentes. «Si cada una de nosotras o nosotros hacemos algo, comenzamos a cambiar, podemos pensar en un planeta mejor», afirman.
Este proceso se caracteriza por ser una respuesta colectiva que logró respaldos y sinergias muy constructivas. En un tiempo en el que las hostilidades sobresalen en la superficie de la atención mediática, aquí hay trabajadoras, personas simples, con sonrisas y sueños cotidianos, desarrollando en conjunto un proyecto que cuenta con el apoyo de sindicatos, colectivas feministas, Universidad de la República, UTU, INEFOP, ICUDU, empresas y empresarios. Nada mal para comenzar un sueño.
Crónica de un día con mirada de futuro
Este viernes 8 de noviembre se llevó a cabo en el Espacio Modelo de la Intendencia de Montevideo el lanzamiento de la capacitación para las primeras 30 personas del proyecto “Todo se Transforma”. En total, 150 trabajadores y trabajadoras cuentapropistas del área de confección de vestimenta participarán en esta iniciativa que utiliza técnicas de upcycling (reciclado y rediseño de prendas). El proyecto es ejecutado por un equipo técnico del Instituto Cuesta Duarte, con el cofinanciamiento del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP) y el apoyo del Sindicato Único de la Aguja (SUA). «Todo se transforma» se enmarca en los fondos concursables denominados “Respuestas Innovadoras a Desafíos Estratégicos” (RIDE), gestionada por el INEFOP.
“Todo se Transforma” está dirigido a formar trabajadoras y trabajadores independientes en el uso de técnicas de upcycling, que les permitirán mejorar la calidad de sus productos y desarrollar una oferta más atractiva y diferenciada. La reutilización de prendas en desuso y el aprovechamiento de materiales textiles provenientes de la fabricación promueven la economía circular, fomentando una producción sustentable en una industria con altos niveles de desechos a nivel mundial.
El curso está destinado a personas con conocimientos básicos de confección. A través de esta capacitación, los participantes adquirirán herramientas para incrementar la calidad y el valor ecológico y económico de su producción, lo que les permitirá consolidar su ocupación y mejorar sus ingresos.
El upcycling o supra-reciclaje consiste en la reutilización creativa de materiales existentes para transformarlos en productos de mayor calidad, reduciendo el impacto ambiental de los residuos textiles y generando nuevas fuentes de ingreso.
Eduardo Burgos, coordinador general de proyectos del Instituto Cuesta Duarte, destacó que este proyecto es fruto de una larga etapa de trabajo y coordinación. “Esta es la primera capacitación sobre upcycling, un proyecto que lleva por nombre «Todo se Transforma» por su enfoque en la reutilización de prendas. Ya se capacitará a las primeras 30 personas, y el objetivo es formar a 150 participantes, hombres y mujeres”, dijo Burgos en declaraciones al Portal del PIT-CNT.
Detalló que dentro del Espacio Modelo fue acondicionada una pequeña fábrica, con máquinas, mesas de corte y teñido, y resaltó la participación de un equipo docente comprometido. “Contamos con profesionales de la Universidad de la República, la Universidad del Trabajo y del Sindicato de la Aguja. Han logrado una excelente sinergia para transmitir sus conocimientos a los trabajadores”.
El referente de proyectos del ICUDU destacó que este proyecto también busca «fortalecer colectivos feministas y de disidencias», ofreciendo herramientas para acceder al mercado laboral. “Recibimos aportes de más de 15 organizaciones sociales y queremos que cualquier persona que trabaje desde su hogar en la confección pueda mejorar su técnica y reconvertir prendas que, de otro modo, serían desechadas. Es importante recordar que la industria textil es una de las más contaminantes, y este proyecto busca dar un mayor valor a materiales que usualmente se tiran”.
Burgos resaltó el acuerdo con el área de la Intendencia de Montevideo que administra el Espacio Modelo, y dentro de éste, con Montevideo Lab, a través de Andrea Polaro.
“Hay miles de trabajadores que han tenido que buscar su forma de generar su sustento individualmente porque los talleres de costura ya no existen, se ha destruido esa industria. Hoy, a través de distintos conocimientos que se han colocado en la industria, pueden diseñar, reconvertir, reutilizar estas prendas porque todo se puede transformar”, resaltó.
Burgos también mencionó el apoyo de industriales que han donado grandes cantidades de ropa, como uniformes de hoteles, para las primeras capacitaciones.
Subrayó la necesidad de generar espacios de visibilización para los participantes. “Planeamos realizar desfiles para que las y los participantes puedan mostrar sus confecciones y crear un registro de trabajadores que ofrezcan servicios al Estado. Una propuesta del Frente Amplio es otorgar un bono para el inicio de clases, y parte de este bono podría destinarse a la compra de túnicas producidas localmente por pequeñas cooperativas. Esto no sólo fomenta la economía circular, sino que también genera empleos”.
Con esta iniciativa, el proyecto “Todo se Transforma” busca no sólo combatir los impactos ambientales de la industria textil, sino también fortalecer el trabajo independiente y las economías locales.
El valor de la economía circular y la docencia
Matilde Fierro y Valentina Irazábal, egresadas del Centro de Diseño Industrial -hoy integrado a la Facultad de Arquitectura-, son diseñadoras y docentes del proyecto “Todo se Transforma”.
Ambas compartieron con el Portal del PIT-CNT lo que las inspiró a sumarse a esta iniciativa de reciclaje de vestimenta, así como sus expectativas sobre su impacto.
Matilde Fierro destacó su interés por la docencia y la economía circular, al considerarla una herramienta con un fuerte impacto social. “A nivel colectivo, es fundamental incorporar estos conceptos y aplicarlos al desarrollo de productos, en este caso textiles. El upcycling, como tendencia e iniciativa, es muy valioso e interesante. Acercarlo a personas que trabajan en talleres de costura puede representarles una herramienta importante”, dijo.
Además, señaló que estos espacios no solo son lugares de aprendizaje, sino también de creación y colaboración.
“El taller es un espacio de creatividad en la diversidad. Que sea lo más heterogéneo posible permite aprender unos de otros, adquirir nuevas herramientas y sentirse parte de un colectivo”, mencionó.
Fierro reflexionó sobre la urgencia de abordar los problemas ambientales y sociales que genera la industria de la moda. “La economía circular nos lleva a pensar en el impacto de la moda rápida, el consumo desmedido de prendas y los desechos que produce. Es alarmante la contaminación que genera y las condiciones laborales que implica en muchos países. Cuando uno se informa y toma conciencia de esta realidad, es inevitable abrazar iniciativas como esta”.
Destacó que el upcycling se está difundiendo cada vez más y lo describió como una respuesta al modelo capitalista de consumo de moda. “El supra-reciclaje trata de contrarrestar esa propuesta y es fundamental seguir difundiéndolo. Todavía estamos a tiempo de cambiar. Creo que las personas mayores tienen una mayor conciencia del valor de aprovechar las prendas, intercambiarlas o pasarlas de hermano a hermano. Porque nada se tira”.
Fierro lamentó la notable disminución de la producción textil en Uruguay y su impacto en el empleo. “Muchas personas han perdido su trabajo porque es muy difícil competir con productos importados, que suelen venir de países donde los trabajadores enfrentan largas jornadas, salarios bajos y malas condiciones laborales”.
Sin embargo, rescató el valor del taller como espacio de encuentro y creatividad. “El compartir este espacio de trabajo y creatividad genera alegría. Es un lugar donde no solo se aprende, sino que también se crea comunidad”.
Con proyectos como “Todo se Transforma”, Fierro e Irazábal buscan no solo capacitar a los trabajadores, sino también sensibilizarlos sobre el valor del reciclaje textil y su contribución a un mundo más justo y sustentable.
En ese sentido, Valentina Irazábal destacó que el proyecto representa una oportunidad para difundir la metodología del diseño como herramienta transformadora. “El diseño puede ayudar a cambiar realidades. A través de estas capacitaciones, las personas no sólo podrán incorporar herramientas de diseño en general, sino que, específicamente, aprenderán a transformar prendas mediante el supra-reciclaje. Esto les permitirá dar mayor valor a sus emprendimientos, si ya los tienen, o desarrollar nuevos proyectos desde cero”.
Irazábal explicó que el único requisito para participar es tener conocimientos previos de costura, ya que se trabaja con máquinas industriales, lo que requiere una preparación específica que este curso no contempla por ahora. “Este espacio busca incentivar la creatividad, ayudando a los participantes a explorar nuevas posibilidades y generar proyectos propios. Además, es una oportunidad para conocer personas con realidades similares o completamente distintas, lo que puede inspirar y fomentar el intercambio de ideas, contactos y redes. Es un espacio de colectivización, de demostrar que no están solas, que hay otros viviendo situaciones similares o que ya las vivieron, y eso puede ser muy enriquecedor”.
Irazábal subrayó la importancia de reflexionar sobre los costos ocultos de las prendas importadas de bajo precio. “Detrás de esos precios tan bajos suele haber condiciones laborales precarias o el uso de materiales de mala calidad. Esto no sólo afecta a quienes trabajan en esas industrias, sino también a la producción local, que se ha visto desplazada por un mercado hostil. Es fundamental apoyar los emprendimientos locales con herramientas que permitan mejorar la calidad de las prendas y enfatizar en el uso y la reutilización de materiales. Además, cada prenda lleva una historia detrás: cuando trabajamos con materiales reutilizados, estamos valorizando esa historia, el trabajo y la energía que implicó confeccionarla”.
La docente hizo hincapié en la necesidad de generar conciencia sobre la reutilización y el consumo responsable. “No se trata solo de reciclar materiales, sino también de entender el valor del trabajo que hay detrás de una prenda. Si seguimos produciendo por producir, el impacto ambiental seguirá creciendo, y no es el objetivo. Por eso, iniciativas como esta son tan importantes. Además, sería ideal que el Estado y las intendencias asignaran un porcentaje de sus compras a este tipo de proyectos, porque sin ese apoyo es mucho más difícil que tengan sustentabilidad”.
Finalmente, Irazábal invitó a los consumidores a adoptar hábitos más responsables. “Como consumidores, podemos hacer nuestra parte. Si bien comprar algo más barato puede parecer conveniente, debemos cuestionarnos en qué condiciones se fabricó. Podemos contribuir a alargar la vida útil de la ropa, reformándola, donándola o fomentando su circulación. Los textiles son reciclables, y cuanto más tiempo logremos que una prenda esté en uso, menor será su impacto en el medio ambiente”.
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