Reciclar la realidad: “No hay más dolor que el hambre”
La Fundación UNTMRA, junto con la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos (UCRUS), trabaja en un proyecto que tiene como objetivo mejorar las condiciones laborales y de vida de los clasificadores, eliminar la cultura de mezclar y enterrar los residuos para poder obtener beneficios de ellos y mantener limpia la ciudad, porque para los recicladores “no hay más dolor que el hambre”.
Por tal motivo, piden mejorar el sistema de recolección y promover la clasificación para dignificar el trabajo de los recicladores y para lograrlo, apuntan a una mirada en perspectiva de transformación cultural.
La estrategia integral para el manejo de los residuos sólidos pasa indefectiblemente por la inclusión social de los clasificadores, promoviendo su organización en unidades productivas y su participación en tareas de recolección y clasificación; así como el establecimiento de plantas de clasificación y selección con la infraestructura necesaria y condiciones de trabajo dignas. Además, rechazan que el actual sistema de recolección de residuos urbanos se base en la mezcla indiscriminada y el entierro como método principal de disposición.
En ese marco, este viernes 9 de agosto se desarrolló un encuentro de clasificadores de todos los departamentos, en el que también participaron cartoneros de Argentina. El encuentro se llevó a cabo en la sede del Sindicato de Trabajadores de la Industria Química (STIQ), con el objetivo de intercambiar experiencias entre las partes. Luego, recorrieron la Usina Nº 5 de disposición final de residuos en la calle Felipe Cardozo y la cooperativa Géminis.
Luis Catalano, secretario general de UCRUS, durante una recorrida realizada en una mañana donde el frío se hacía sentir, explicó al Portal del PIT-CNT que uno de los principales reclamos refiere a que en Montevideo hay cuatro plantas pequeñas de clasificación, las que no pueden incluir a todos los clasificadores. En estas cuatro plantas cooperativas de reciclado trabajan unas 35 personas, por lo que en total, ocupan a 140 recicladores. Sin embargo, se estima que en total hay 12.000 personas que se dedican al reciclaje de residuos sólidos, y sumando a los integrantes de sus familias que siempre participan del proceso, hay que considerar que se trata de unas 25.000 personas las que están vinculadas a las distintas tareas de la actividad.
Catalano afirmó al Portal que UCRUS busca “ayudar a los que más necesitan”, como por ejemplo “a quienes se encuentran en situación de calle, para que puedan dedicarse a la clasificación; a las personas que recobran la libertad tras cumplir una pena en un centro de reclusión, y también a los jóvenes sin techo que tienen dos o tres hijos y se dedican a la clasificación porque no tienen otra alternativa ya que no consiguen trabajo”.
Desde su visión, "la única manera de que los jóvenes no terminen privados de libertad es dándoles un trabajo digno como cualquier otro para que así puedan asegurarse un jornal", sostuvo.
“Como sindicato, queremos que el clasificador esté trabajando formalmente. Los residuos se entierran, estamos enterrando millones de toneladas por día cuando la basura es dinero. Por eso, no queremos que se entierre y, en cambio, se le dé trabajo a los más necesitados”, remarcó el dirigente de UCRUS.
“No hay más dolor que el hambre”
En la misma línea, Patricia “Pato” Gutiérrez, presidenta y fundadora del sindicato, valoró la importancia que UCRUS forme parte de la Federación Internacional de Recicladores, ya que es el único sindicato en el mundo que también integra una central de trabajadores como el PIT-CNT, y también respaldó la iniciativa del trabajo que impulsa la Fundación UNTMRA.
Gutiérrez dijo al Portal que la situación de los recicladores uruguayos es “precaria” y “muy mala”. Con palabras secas, tajantes, duras, cuestionó el olvido de quienes tienen a su cargo las decisiones políticas en los distintos ámbitos de la vida gubernamental. "Ahora que son elecciones todos vienen hasta acá cerca, a unas cuadras de acá y se arriman un poco aunque siempre de lejos, pero después no lo vemos nunca más"
Pato habla firme. “Mi única bandera política es la de los clasificadores, porque no hay más dolor que el hambre”. Ella no disimula su indignación al hablar del vertedero a cielo abierto de Felipe Cardozo. “Es una falta de respeto cómo trabajan los recicladores acá”.
En el marco del encuentro, la delegación de cartoneros de Argentina les hicieron entrega de una donación de camperas, chalecos, pantalones y zapatos para repartir entre los clasificadores uruguayos. Mientras ella agradece el gesto, sus ojos lo dicen todo. “Es que es horrible, las condiciones de trabajo acá son lamentables".
“Pato” Gutiérrez nació en Pando, nunca conoció a sus padres y se crió en el que entonces era el Consejo del Niño. Tiene seis hijos y doce nietos y a casi todos los crió recolectando residuos con un carro tirado por caballos, levantando lo que encontraba. Comenzó esta tarea a los nueve años y continuó hasta que una enfermedad en la columna la obligó a abandonar su carro. De todos modos, tuvo que seguir trabajando para llevar el plato de comida a los suyos. Con bastón reciclado y 65 años que pesan como varias vidas, se sube a un ómnibus cada jornada y viaja hasta el centro de Montevideo a diario para juntar lo que sobra en la feria. Para ella, UCRUS es su vida.
Proyecto y vida
La Fundación UNTMRA comenzó a desplegar un trabajo silencioso en territorio para fortalecer distintos aspectos del día a día de las y los recicladores. No solamente pensando en los aspectos ambientales y de infraestructura, sino además, en los asuntos relacionados a la dignidad de las personas que dedican su vida a esa tarea. Según explicó al Portal una de las coordinadoras del proyecto, Lorena Nin, "hay que pensar en la dignidad de tanta gente que trabaja en condiciones precarias y darles herramientas y por qué no, pensar en un cambio cultural". Nin acotó que la realidad que se encontraron en territorio "fue más dura" que la que inicialmente se tomó en cuenta a la hora de diseñar el proyecto pero ello lejos de observarlo como una dificultad, supone "un desafío".
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