Cuesta Duarte: Actividad económica tercer trimestre 2023

Jueves, 28 Diciembre 2023 21:32
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El pasado 14 de diciembre, el Banco Central del Uruguay (BCU) publicó la información relativa a la evolución de la actividad económica nacional, medida a través del Producto Bruto Interno (PBI). Los datos publicados corresponden al trimestre julio – setiembre de este año ya que la información respecto de la evolución del PBI se suele publicar con aproximadamente un trimestre de rezago.

En el tercer trimestre del año 2023, el PBI aumentó 1% respecto al trimestre inmediatamente anterior, en términos desestacionalizados (es decir, quitando los efectos estacionales del cálculo de la variación) luego de unos malos trimestres previos. Yendo un poco más hacia atrás, en los dos últimos trimestres del año pasado y en el segundo trimestre de este año, la actividad económica se había contraído respecto a los trimestres previos de modo que en cuatro trimestres consecutivos, cayó en tres. Como se mencionó en informes anteriores, la sequía fue un factor de relevancia en la explicación de estas caídas de la actividad, pero no el único.

En comparación con igual período del año anterior, el PBI se contrajo levemente y se ubicó 0,2% por debajo de ese nivel. Con este dato, en los primeros nueve meses de este año, el valor de la producción total de la economía uruguaya se ubicó 0,4% por debajo del valor de los primeros nueve meses del año previo. Aunque el dato del tercer trimestre de hecho amortiguó un poco la caída interanual, que en el primer semestre había sido de 0,5% respecto al primer semestre de 2022, el crecimiento registrado fue algo menor al esperado por los analistas. Esto posiblemente se refleje en una disminución en las expectativas de crecimiento de los analistas privados, las que se han venido corrigiendo a la baja de manera sistemática desde hace un año.

Variación de la actividad económica respecto al trimestre anterior

En efecto, en el tercer trimestre de este año la actividad económica aumentó 1% respecto al trimestre anterior, una vez eliminado el efecto estacional. Se trata de un buen desempeño trimestral (en términos anualizados arrojaría una tasa de crecimiento de 4% anual, muy superior a la media histórica nacional) pero no es una tasa elevada considerando las caídas previas. Con este dato, el PBI del tercer trimestre de este año se ubica casi 3% por encima del valor del PBI del tercer trimestre de 2019.

 

Variación de la actividad económica respecto a igual período del año anterior

En términos interanuales, en el tercer trimestre del año se registró una nueva caída de la actividad, de 0,2% respecto a igual período del año anterior. Se trata de una retracción moderada, considerando que en el segundo trimestre de 2023 el PBI se había ubicado 2,5% por debajo de su valor en el mismo período en 2022.

Como se mencionó al comienzo, con este dato, en los primeros meses del año la actividad se contrajo 0,4% respecto a igual período de 2022. Además, la economía deberá tener un muy buen desempeño en el último trimestre, de manera de cerrar el año con una tasa de expansión media del orden de 0,5%. Previo a la publicación del dato del tercer trimestre, los analistas privados estimaban para este año un crecimiento de 0,7%, ubicándose las respuestas en un rango de 0% a 1,2%. Sin embargo, estas proyecciones incorporaban una mayor tasa de crecimiento durante el tercer trimestre del año por lo que es posible que sean corregidas nuevamente a la baja.

Desempeño sectorial

A nivel sectorial, las mayores caídas interanuales se registraron en el sector de Energía eléctrica, Gas y Agua y en la Construcción, que tuvieron variaciones negativas de la actividad durante el tercer trimestre de 11,3% y 8,6% respecto al mismo trimestre del año anterior. En ambos casos, esto se reflejó en una incidencia negativa sobre el producto de 0,4 puntos porcentuales por parte de cada uno de estos sectores.

La producción del sector de Energía eléctrica, Gas y Agua tuvo un desempeño negativo debido a la menor generación de energía eléctrica y en particular a las menores exportaciones de electricidad realizadas a Argentina en el período. En el caso de la Construcción, la caída se explica fundamentalmente por la finalización de las obras vinculadas a la segunda planta de UPM y el ferrocarril. También se redujo la inversión en obras portuarias y en líneas de comunicación. Si bien las obras en infraestructura vial vienen tenido un dinamismo importante desde hace un tiempo, dichas inversiones no han logrado contrarrestar las caídas de las anteriores.

También las Actividades profesionales y arrendamiento, el sector de Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas y la Industria manufacturera, tuvieron desempeños negativos aunque sus caídas fueron del orden del 1% y mucho menores a las antes mencionadas. En los tres casos tuvieron una incidencia negativa en la actividad general de 0,1 puntos porcentuales.

La contribución negativa de la Industria manufacturera se explica fundamentalmente por la disminución de la actividad de refinería de petróleo ya que la planta estuvo cerrada por mantenimiento, como suele suceder con cierta periodicidad. Dentro de la industria, la producción de pasta de celulosa tuvo un buen desempeño por la contribución al sector de la puesta en marcha de la nueva planta. También la industria frigorífica contribuyó positivamente al sector, impulsada por las exportaciones de carne. Sin embargo, estos buenos desempeños no pudieron contrarrestar la caída producida por el cierre de la refinería básicamente, y el dato global de la industria fue negativo, que en promedio mostró una disminución de 1%.

En relación a las actividades de Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas, la caída fue de 1,1% en el tercer trimestre respecto a igual período del año anterior. En los rubros comerciales, el impacto negativo vino tanto por las ventas mayoristas y vinculadas al comercio exterior (ya que al igual que en el trimestre previo se registró menor actividad vinculada a las ventas de soja) como al comercio minorista. En el caso de los demás rubros del sector, la actividad permaneció en niveles similares a los de los trimestres previos.

Como contrapartida a las caídas de estos sectores y a su contribución negativa al desempeño general de la economía, las actividades del rubro Agropecuario, Pesca y Minería, tuvieron un crecimiento interanual de 9,6% y una incidencia positiva sobre la actividad general de 0,5 puntos porcentuales. El incremento de la producción del sector estuvo liderado por los buenos desempeños tanto de la actividad pecuaria como la silvicultura. En el primer caso, el aumento de la demanda de carne con destino a las exportaciones, impulsó la faena así como la actividad industrial a nivel de los frigoríficos. Así mismo, se verificó un aumento de la actividad de la lechería y la remisión de leche a planta. En el caso de la silvicultura, la producción de la nueva planta de celulosa impulsó al alza la demanda de rolos para procesar e impulsó la actividad del sector.

También las actividades de Transporte y almacenamiento, Información y Comunicaciones y los Servicios Financieros, tuvieron desempeños positivos en el tercer trimestre del año, con crecimientos de 2,6% y 3,7% y contribuciones positivas de 0,3 y 0,2 puntos porcentuales respectivamente.

Análisis desde la perspectiva de la demanda

Desde la óptica de la demanda o del gasto, en el tercer trimestre del año aumentó la demanda interna y se contrajo la demanda externa. En efecto, el gasto de consumo final aumentó 3,3% en comparación con igual trimestre del año anterior. La mayor contribución provino del gasto de consumo de los hogares (el cual tuvo un incremento de 3,4%) pero el gasto del gobierno también contribuyó positivamente (2,7%). En el consumo de los hogares aumentó el gasto de consumo en viajes al exterior, en particular a Argentina, como venía sucediendo en los trimestres previos. Esto provoca que parte del gasto de demanda interna se termine canalizando al exterior. También aumentó en este trimestre el consumo de los hogares en transporte y en automóviles.

En lo que hace al otro componente de la demanda interna, también aumentó la formación bruta de capital (9,1%) a pesar de que la formación bruta de capital fijo disminuyó 11,3%. Esta caída se explica por la baja en la inversión en obras de construcción, dado el impacto de la finalización de la construcción de la nueva planta de UPM, y en menor medida también por la reducción en la inversión en maquinaria. Sin embargo, la formación bruta de capital aumentó debido a una menor desacumulación de existencias o stocks, principalmente de granos de soja.

En relación al desempeño del sector externo, las exportaciones disminuyeron 9,2% mientras que las importaciones aumentaron 5%, de manera que ambos contribuyeron negativamente a la evolución de la actividad y el saldo externo fue negativo. En materia de exportaciones, cayeron las ventas al exterior tanto de bienes como de servicios. En el caso de los bienes, si bien aumentaron las ventas externas de carnes y pasta de celulosa, estos incrementos no lograron contrarrestar la caída de las exportaciones de soja.

Proyecciones para 2024

Aunque en el tercer trimestre del año el efecto de la sequía y su impacto negativo sobre la actividad económica parecen haber quedado a un lado, otros factores provocaron que el desempeño en este período fuera algo peor al esperado por los analistas previamente. De esta manera, y aún suponiendo un relativo buen último trimestre, en 2023 la economía crecerá en el entorno de 0,5% en promedio.

Como se comentó en Informes anteriores, esta tasa representa un importante freno en la actividad económica que en los años previos se expandió alrededor de 5%, aunque parte de este impulso se explicó por el efecto rebote de la pandemia. En adelante, para 2024 se espera una tasa de crecimiento relativamente en línea con la tasa de expansión media de la economía en el mediano y largo plazo, aunque algo superior, en la medida en que ese año habrán quedado atrás los últimos coletazos de la sequía y la comparación además se dará con respecto a un 2023 (en particular durante el primer semestre) donde los niveles de producción se vieron fuertemente afectados.

La normalización de las actividades primarias posterior a la sequía así como el pleno funcionamiento de la nueva planta de UPM son factores que contribuirán positivamente a la evolución de la actividad en 2024. Por el contrario, en otros aspectos hay más incertidumbre en relación a su impacto sobre la actividad económica. Esto es particularmente claro en el caso del sector externo. Por un lado, a nivel de la economía mundial existe incertidumbre en relación a la contribución de la demanda externa de los principales productos de exportación nacionales así como en relación a sus precios. También en el plano regional prima la incertidumbre, en particular en torno a la evolución de los precios y el tipo de cambio en la economía argentina, así como el impacto que esto puede tener tanto en la afluencia de turistas desde este país como en relación al desvío de consumo interno que se viene dando desde hace varios trimestres.

Este escenario de mayor incertidumbre acota las posibilidades para pensar en la afluencia de importantes inversiones desde el exterior, haciendo más notorio el vacío que está dejando, fundamentalmente en el sector de la construcción, la finalización de la nueva planta de UPM y obras anexas.

En materia de demanda, mientras que la contribución externa es incierta, se espera que la demanda interna impulse la actividad, principalmente a partir del aumento del consumo de los hogares ya que en relación a la inversión, no es esperable un gran impulso. La recuperación del salario real, que arrastra también al alza las pasividades, conjuntamente con un mercado de trabajo con buenos niveles de empleo, serán seguramente factores determinantes para impulsar el consumo. En los próximos meses se verá si se verifica una corrección de entidad en los precios de la economía argentina, que conduzca a que el aumento del consumo no se desvíe a gasto en el exterior.

Finalmente, en relación al desempeño del mercado laboral, fundamental para sostener el consumo interno, es relevante señalar que aunque las tasas de empleo y desempleo se ubican en niveles bastante mejores a los niveles pre pandemia, se abren algunas alertas a seguir monitoreando en este plano. En primer término, el enlentecimiento de la economía este año puede afectar la creación de empleo el año entrante, en particular a partir del menor crecimiento de sectores fuertemente demandantes de empleo como es la construcción y que estarían mostrando un freno respecto a los registros alcanzados. En segundo lugar, las tasas de no registro a la seguridad social, que luego de la pandemia se habían ubicado en niveles mejores a los años previos, han comenzado a deteriorarse lentamente en la medida en que buena parte de los empleos creados en los últimos meses, se ubica en el sector informal, lo que además de las implicancias en materia de no registro, se suele vincular a otros problemas de empleo.

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