Mag. Andrea Tuana: "El Estado no considera una prioridad" el abordaje y la prevención de la violencia hacia las mujeres y las infancias
Andrea Tuana, licenciada en Trabajo Social, magíster en Políticas Públicas de Igualdad y directora de El Paso, aseguró que en Uruguay la violencia hacia las mujeres e infancias aún se considera como «un tema doméstico y privado», y cuestionó que el Estado «no lo tome como algo prioritario». Denunció que el sistema estima «conveniente» mantenerlo en esos términos ya que, de lo contrario, se iniciarían disputas en las relaciones de poder.
El pasado martes 21 de noviembre, el Ministerio del Interior presentó los indicadores de violencia basada en género registrados entre el 1° de enero y el 31 de octubre de 2023. Los datos fueron elaborados por el Departamento de Información y Análisis Estratégico de la Dirección Nacional de Políticas de Género y el Observatorio de Violencia y Criminalidad y divulgados en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre.
De acuerdo a las cifras oficiales, el Ministerio del Interior recibió una denuncia por violencia de género cada 12 minutos en los primeros diez meses de 2023. Se registraron 19 femicidios y 13 tentativas durante el mismo período.
Andrea Tuana reflexionó con preocupación por considerar que en materia de violencia de género, si se siguen llevando a cabo las mismas acciones, los resultados serán similares y los guarismos se mantendrán dentro de los mismos márgenes. “Hace mucho tiempo que las cifras de femicidios suben un año o bajan al siguiente, pero se mantienen dentro de un rango. Las cifras de denuncias son escandalosas: 40.000 denuncias anuales, una cada 12 minutos; son números que persisten y nos deberían interpelar”, alertó.
Tuana lamentó que en Uruguay la violencia hacia las mujeres e infancias aún se considere como" un tema doméstico" y "privado", y que según su visión, "el Estado no lo considera prioritario", por lo que la respuesta es deficiente. "Se trata de uno de los grandes temas que tiene que enfrentar un gobierno", apuntó.
La experta dijo que existe también una mirada de la sociedad que “no genera la presión suficiente” como para colocar este tema como "asunto prioritario". Añadió que cuando se trata de otras situaciones que generan violencia e incluso asesinatos, como en el contexto del deporte, específicamente el fútbol, se observan claramente medidas contundentes. "La violencia en otros ámbitos genera preocupación de actores de distintos ámbitos que consideran este tema como público y de relevancia. Sin embargo, los temas relacionados con la violencia de género no reciben la misma atención", cuestionó. “Hay un punto que tiene que ver con la mirada y la comprensión de la producción de la violencia. Si se piensa que la generación de violencia está relacionada con factores individuales, entonces se tendrá una perspectiva muy focalizada y en el ámbito de lo privado. Sin embargo, si ampliamos esa perspectiva y consideramos la producción científica y académica, la evidencia nos dice que la violencia hacia las mujeres está vinculada con las relaciones de poder históricamente dominantes entre hombres y mujeres, y la violencia hacia la infancia se produce por esas relaciones adulto céntricas de sometimiento y dominación. En ese sentido, se posiciona el tema como público y de derechos humanos, lo que permite visualizar hacia dónde dirigir los esfuerzos”, expresó.
Tuana citó un estudio de UNICEF Uruguay del año 2017 en el que se indica que uno de cada dos niños uruguayos sufre violencia psicológica. Además, según la Encuesta Nacional de Prevalencia, el 80% de las mujeres uruguayas padece alguna forma de violencia basada en género. “Se trata del problema más extendido, grave y urgente que enfrenta el país. Sin embargo, no se vive como un asunto público, sino que se sigue considerando como tema privado, y para el sistema también es conveniente que se mantenga en esos términos porque de lo contrario, comenzarían a disputarse las relaciones de poder”.
Por otro lado, mencionó que “muchas veces los gobiernos están más preocupados por que las cifras se mantengan estables, es decir, que los casos de femicidios no aumenten en comparación con el mismo período del gobierno anterior”. Esto lo definió como “chicanas” que evidencian que la preocupación radica en destacar el desempeño de una gestión en lugar de asumir verdaderamente el compromiso con una transformación profunda.
“Cuando ocurre un femicidio o una violación, lo que estamos presenciando son los casos más extremos. Sin embargo, en la base de estos incidentes hay una situación que está muy normalizada en nuestro país, donde continúan reproduciéndose relaciones machistas. Se justifican ciertas violencias sexuales y, en muchas ocasiones, se culpa a las víctimas. Además, persisten situaciones de discriminación, se sigue impartiendo educación de manera diferencial a varones y mujeres, y es ahí donde debemos dirigir nuestra atención. Si bien siempre es crucial salvar una vida, es imperativo abordar el problema con una perspectiva más profunda”, manifestó.
Tuana consideró que a partir de la Ley 17.514 del año 2002 sobre “Erradicación de la Violencia Doméstica” se logró un avance significativo en la visibilización del problema. Se iniciaron campañas como “No estás sola, denunciá”, se enfatizó que “esto es una vulneración de derechos humanos”, se promovió la idea de “no naturalizar la violencia” y se reconoció que “la violencia psicológica también es violencia”. Desde su visión, hubo un progreso significativo en todo el sistema de respuestas y protección.
Después, "se ingresó en una fase de 'meseta' en la que el mensaje llegó, la población solicitó ayuda y se acercó a los servicios, pero estos estaban completamente desbordados". Esto se vincula con un “descuido” de los técnicos que trabajan en la primera línea con situaciones gravísimas y muy angustiantes, generando un desgaste por empatía. También resaltó que las remuneraciones son muy bajas. “Todo esto, en muchas ocasiones, va provocando que la respuesta se empobrezca y burocratice, recortando las posibilidades de que las personas accedan a un abogado gratuito o a una terapia psicológica profunda y de largo aliento, sin costo. Además, es inaceptable tener a un niño en lista de espera para ser atendido por un abuso sexual, lo cual resulta indecente e indignante”.
“Hoy nos encontramos en una situación en la que el sistema de respuestas no ha avanzado. A lo largo de este tiempo, la Universidad no ha incorporado la formación en perspectiva de género y violencias para los profesionales, lo que significa que recibimos respuestas de profesionales que carecen de la formación adecuada, y me refiero tanto a abogados y jueces como a psicólogos, médicos, psiquiatras y trabajadores sociales. Como resultado de esta carencia, se producen revictimizaciones y muchas situaciones de abuso, violencia y maltrato se pasan por alto”, dijo.
“Estamos en un momento crítico para una persona que está viviendo una situación de violencia, porque depende del profesional con el que se encuentre, cuál será la respuesta que reciba y eso también es inadmisible”, remarcó.
Tuana agregó que también existe otro aspecto vinculado a la “prevención”, un área en la cual “nos encontramos en el punto cero”, apuntó. “Realmente es vergonzoso. Se habla de campañas como los ‘50 días de prevención de violencia en el noviazgo’ o algunos docentes que imparten clases de educación sexual. Aunque cada iniciativa sea una contribución, eso no mueve la aguja en lo más mínimo. Estamos hablando de la falta de políticas públicas profundas y transformadoras que se propongan, en un período específico, cambiar desde la base estas perspectivas, las relaciones jerárquicas de género, el machismo, los mitos del amor romántico. Los jóvenes siguen cayendo en trampas del amor basado en el control, los celos y el sometimiento. En este aspecto, el país está estancado, y por eso cada vez más jóvenes solicitan ayuda o se generan episodios gravísimos como femicidios y violaciones colectivas”, detalló.
Discursos anti derechos
La directora de El Paso aseguró que los discursos "anti derechos" han venido tomando forma desde hace varios años. Agregó que hoy en Uruguay existe un contexto "muy propicio para ello", debido "a la perspectiva del gobierno de coalición" y en particular, de algunos de los sectores que lo componen. “Ya en el año 2002, cuando se aprobó la Ley sobre violencia doméstica, surgieron algunas voces que afirmaban que las mujeres utilizaban dicha Ley para presentar denuncias falsas y expulsar a los maridos rápidamente de sus hogares. También sostenían que los derechos sobre la propiedad de los hijos y de sus esposas eran ilimitados. Sin embargo, en ese momento el clima y el contexto no eran propicios para darles relevancia y amplificación. Hoy sí. Esas voces están amplificadas, tienen un lugar y está sucediendo que una mentira repetida mil veces se transforma en una verdad”, cuestionó.
Agregó que la evidencia científica no muestra un índice significativo de denuncias falsas contra los hombres que constituyan un problema grave en Uruguay. Como sucede con todas las leyes, siempre habrá personas que intentarán utilizarlas a su favor o hacer alguna trampa al sistema, pero se trata de casos absolutamente menores, en términos de volumen. Con un sistema formado y especializado, esas denuncias se desactivan rápidamente.
Remarcó que existe una “intencionalidad claramente política e ideológica de decir que las mujeres tienen excesos de derechos y que hoy se han perdido las garantías”.
Dijo que en el caso de la “Operación Océano” existe un séquito de abogados e imputados “súper poderosos” contra "gurisas adolescentes totalmente desamparadas y desprotegidas". Al respecto, aseguró que se desplegó “una estrategia muy clara de algunos de los que defienden a los imputados, de atacar a las víctimas hasta el punto de perder toda ética y humanidad. Intentan colocar la idea que ellos son las víctimas, que fueron engañados por unas delincuentes organizadas. Aunque la población tiene una mirada muy clara al respecto y estoy convencida que a pesar de esa prédica dominante, en la población hay mucha indignación”, remarcó.
Un antes y un después
En cuanto a la imputación del ex senador nacionalista Gustavo Penadés por múltiples delitos, entre ellos, abuso sexual, violación y corrupción de menores, Tuana señaló que el caso marca “un antes y un después”. Dijo que “estamos hablando de una figura no solamente pública, sino que también tenía un lugar muy importante dentro del sistema político. Sin embargo, se lo termina imputando, fuera del senado y del Partido Nacional, cumpliendo prisión preventiva. Es un caso que da esperanza de que, a pesar de todo, en Uruguay puede haber Justicia por más que el poder sea grande”, indicó. Aunque aclaró que el juicio aún no comenzó, pero se están siguiendo los pasos adecuados.
A la vez, Tuana rechazó el intento de utilizar el sistema del Estado, para conocer la identidad de las víctimas, lo cual "amedrenta y da miedo", agregó. “Creo que la ciudadanía no ha tomado una verdadera dimensión de lo que significa tal situación, porque si lo hubiera hecho, tendríamos que estar saliendo a las calles. Se trata de un episodio grave al que no se le ha dado la relevancia que merece, ni siquiera por parte del gobierno, que debería haber condenado con mayor fuerza los hechos para brindar garantías a la población y a las víctimas concretas”, remarcó.
A flor de piel
El viernes 1º de diciembre de 10 a 13 horas se presentará en la Sala Acuña de Figueroa del Palacio Legislativo, el libro “A flor de piel. Rastros y relatos de violencia y amor”. La obra cuenta con la coordinación de Andrea Tuana y Paola Silva y el aporte profesional de Cristina Prego, Fabiana Condon, Sandra Perroni, Carlos Merlo y la fotografía de Susette Kok.
El libro reúne siete historias de vida de personas que han sufrido violencia y que conviven hoy con las huellas que han dejado. "No son historias individuales ni excepcionales, son historias que nos recuerdan quiénes somos, cómo somos y todo lo que no queremos ser. Es un libro que nació de la indignación, la frustración e impotencia, a partir de dos casos donde ocurrieron muchas revictimizaciones y respuestas estatales negligentes. Luego se fueron sumando otros casos y todos coincidían en contar lo que habían vivido para transformar el dolor en un hecho que sirviera para denunciar y a otras personas para tomar conciencia de lo que estaba pasando".
En la presentación del libro estarán presentes quienes denunciaron los hechos, mujeres representantes de los partidos Nacional, Colorado y Frente Amplio, sociedad civil e invitados de la academia.