Trabajadores del Pan denuncian maltrato laboral y reclaman aumentos salariales
El Movimiento Panaderos Artesanales Unidos, el Movimiento 16 de Octubre y el Sindicato Único de Obreros Panaderos y Afines (SUOPA) de Salto, están demandando aumentos salariales justos, la eliminación de los maltratos que las trabajadoras sufren en las panaderías por parte de los propietarios, la creación de un plan de acción en colaboración con todos los organismos estatales para regularizar las panaderías que operan en la informalidad y establecer un diálogo sólido con los empleadores.
Los tres movimientos del sector panadero se han unido para formar una única lista, la cual presentarán en las elecciones del SUOPA que se llevarán a cabo el próximo año.
A finales de julio comenzaron a reunirse con la Mesa del Pan del PIT-CNT por diversas inquietudes en cuanto al trabajo del sector. En poco más de dos meses han conquistado varios logros, como por ejemplo la unidad de acción del Movimiento Panaderos Artesanales Unidos, el Movimiento 16 de Octubre y el SUOPA de Salto.
Aseguran representar a un sector que ha estado abandonado a su suerte durante los últimos 20 años, donde la informalidad prevalece debido a la falta de un sindicato sólido que regule la relación entre los trabajadores y los empleadores, y donde los laudos no se ajustan al personal calificado.
Reivindicaciones urgentes
El Movimiento Panaderos Artesanales Unidos y el Movimiento 16 de Octubre respaldan las propuestas planteadas por el SUOPA de Salto, en las que se incluyen como de carácter urgente: La Ley de 7 horas de trabajo para el personal de cuadra; día y medio libre para el personal de ventas, sandwichería, rotisería y limpieza; exigir a las empresas que estén en incumplimiento la entrega de dos uniformes por año, y replantear las categorías y laudos para todo el sector”.
También reclaman la necesidad de discutir y planificar la creación de un bono por insalubridad; el cumplimiento del pago de la nocturnidad, aumentos de salarios dignos, y eliminar de raíz los malos tratos que reciben las trabajadoras en las panaderías.
Entre sus reclamos destacan la necesidad de crear un plan de acción con todos los organismos del Estado para la regularización de las panaderías en negro; brindar un plan flexible y de fácil acceso para aquellas personas que quieran terminar con el ciclo básico y bachillerato; la creación de convenios para acceder a cursos, y establecer un diálogo firme con la patronal y así poder instaurar estrategias para la permanencia de la fuente laboral.
Proyectos a largo plazo
Por otro lado, los tres sectores plantean, como propuestas a largo plazo y a mantener en continuo desarrollo, la necesidad de acceder a canastas escolares; la creación de panaderías comunitarias y de cooperativas de trabajo y la lucha por el acceso a la vivienda.
Proponen, a la vez, establecer convenios con las diferentes marcas de materia prima para acceder a los cursos de capacitación y así darle más valor a la mano de obra.
La creación de una escuela de panadería, pastelería y confitería en la sede sindical; fundar vínculos intersindicales y tener un impacto social en la comunidad, colaborando con merenderos, centros de enseñanza y ollas populares, son otras de sus propuestas.
También reclaman a largo plazo, reafirmar el convenio con termas del Arapey, la creación de un camping turístico para que las familias de los trabajadores del sector puedan disfrutar de sus vacaciones y tiempo libre y luchar para que el gremio ocupe el lugar de importancia que le corresponde.
Informalidad
El responsable del Movimiento Panaderos Artesanales Unidos, Ricardo Camacho, dijo al Portal del PIT-CNT que en la próxima asamblea, los tres movimientos unidos solicitarán una convocatoria a elecciones en la SUOP, e impulsarán la plataforma de Salto.
Manifestó su profunda preocupación por la situación del sector porque aseguró que la mayoría de los trabajadores del pan conviven a diario con la informalidad y no se respetan los laudos que ya son magros.
“Es increíble que aún en el 2023 sigamos luchando con panaderías que se encuentran en negro, lo cual es inaceptable y eso ocurre en Montevideo. En el Interior, hubo casos de panaderos que llegaron a trabajar por 400 pesos y un kilo de galletas. Estamos hablando de un sector millonario”, cuestionó Camacho.
Dijo que en las panaderías no disminuyeron las ventas ni la producción, pero en muchos casos los propietarios se niegan a los ajustes salariales y como no hay regulación recargan de trabajo a los empleados, para evitar nuevos contratos.
Agregó que lamentablemente el sector se ha prestado durante años a que cada patrón les pague lo que quiera, porque no existe un jornal fijo en todo el país. Además de que las horas extra son una “mala palabra”.
Denunció, asimismo, que algunas panaderías no respetan las normativas de seguridad, no proporcionan uniformes y muchas trabajadoras sufren de explotación a través de la multifunción.
“Obligan a las personas que lavan los pisos o vidrios a vender detrás del mostrador o las mandan a cocinar en un horno, si falta personal. Hay mucho abuso y maltrato”, reveló.