Mateo Grille: «El esfuerzo de las organizaciones sociales en la recolección de firmas ha sido admirable»

Miércoles, 26 Mayo 2021 18:52
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En especio de ideas y conversatorio del Portal del PIT-CNT, el periodista Mateo Grille analizó la marcha de la campaña de recolección de firmas para habilitar el referéndum contra los 135 artículos más regresivos de la LUC. El editor general de la revista política Caras y Caretas, dijo que «es muy probable»  que se alcancen las firmas y que en tal caso será una demostración de «madurez» y «organización muy importante» del movimiento popular. También habló del desinterés del gobierno por abrir la discusión política sobre la LUC, se refirió a las guerras jurídicas (lawfare) contra gobiernos de izquierda como «una práctica sistemática y metódica de las derechas en la región» y fustigó el rol de los grandes medios de comunicación en la construcción de «una agenda funcional a los intereses de clase»que está «representada por el actual gobierno ». Para el periodista, «los trabajadores construyen este país y todos los países del mundo» y «no son los empresarios los que crean la riqueza, ni de su 'bondad' se obtiene derrame alguno» sino que «cualquier conquista de los trabajadores se consiguió con lucha».

En una entrevista reciente que le hiciste a Óscar Bottinelli, el politólogo fue bastante cauto y dijo que si bien no es imposible alcanzar las firmas para el referéndum de 135 artículos de la LUC, es muy difícil que se logren y que -si se llega- sería "raspando la olla". ¿Coincidís o sos de los que piensa  que, dado el contexto de pandemia, se va rumbo a una hazaña?

Creo que es muy probable que se alcancen las firmas y dada las circunstancias en las cuales hubo que salir a buscarlas sí, claramente sería una hazaña más de las tantas que tienen el movimiento popular uruguayo. Hay que considerar no solo que toda la campaña se hizo en la mitad del tiempo posible, porque el acuerdo final por los 135 artículos llevó mucho tiempo de discusión y recién en diciembre la Comisión Pro Referéndum se presentó ante la Corte Electoral, sino que se hizo en medio de muchas restricciones por la emergencia sanitaria. Es más, incluso en medio de las restricciones hubo cierto freno en abril cuando la epidemia se agravó y se trató de negociar una extensión del plazo. Es decir, si se llegara a las firmas, habla de una madurez y una organización del movimiento popular realmente importante, de una voluntad popular firme y de una necesidad de expresarse de una porción de la sociedad nada despreciable. No creo que sea 'raspando la olla', más bien creo que es un piso desde el cual se puede construir mucho todavía. Y sí coincido con Bottinelli que no es un referéndum fácil, que hay muchos artículos y muy variados y que es difícil explicar el alcance de todos ellos en una campaña de recolección de este tipo. Entiendo que el gobierno no haga olas con esta campaña, que prefiera que pase en el mayor silencio posible porque tiene una firme decisión de no contribuir al debate social con este tema. No le interesa, nunca le interesó ni le va a interesar que las grandes líneas políticas del país se discutan socialmente. En primer lugar porque no cree que los debates políticos sean para todos y en segundo lugar porque cree que explicar sus líneas de acción le puede restar apoyo. Para un gobierno de este tipo, mientras menos participe la sociedad, mejor. La idea de participación que tiene es la de observar los actos por televisión. Y eso no tiene nada que ver con la idea que tiene el movimiento popular, ni la mía propia sobre el tema.

¿Cómo ves el escenario actual de la campaña, el esfuerzo de los sindicatos, de las organizaciones sociales como Fucvam o la Intersocial Feminista, entre otras y lo que hasta ahora ha hecho el FA? Hay quienes sostienen que el FA sigue aún desconcertado con la derrota.  

El esfuerzo de las organizaciones sociales ha sido muy importante y en muchos sentidos admirable. Porque se pusieron al hombro esta campaña y también se pusieron al hombro, desde la sociedad, la resistencia al modelo que impulsa el gobierno. Resistencia entendida como un conjunto de iniciativas y debates que busca frenar o entorpecer todo lo posible el avance restaurador del gobierno, asumiendo que este avance es negativo para las grandes mayorías del país. No es una mala palabra, no es un insulto, no habla de una posición infantil de las organizaciones sociales. Habla de un posicionamiento y un debate necesario frente a un modelo que las excluye, las busca disciplinar y que traerá, ya lo está haciendo de hecho, más pobreza y exclusión para muchos y más riqueza para pocos. Es natural que se dé esta tensión, es esperable y hasta saludable porque la calidad democrática del país se verá reforzada. Que el gobierno haya ganado las elecciones, y obviando que nunca explicitó su programa real en la campaña electoral, no le da patente para hacer cualquier cosa. Del debate y de las fuerzas que cada bloque social tenga saldrán los grados de avance o retroceso que la sociedad en su conjunto tendrá en los próximos años. En esto claramente el Frente, como expresión política de buena parte del país, tiene un papel superlativo que jugar y hoy no creo que lo esté dando en la medida de sus posibilidades porque aún está en proceso de análisis de su derrota, de las causas que la generaron y además simultáneamente está en un proceso de renovación. Ha tenido un papel importante en el Legislativo, pero reducir al Frente a su papel legislativo es un error grueso. El Frente es mucho más que su expresión parlamentaria, y es  muchísimo más fuerte cuando su dimensión social se activa. Respecto a su papel concreto en la juntada de firmas es posible que pudiera tener mayor participación pero si miramos bien, históricamente los movimientos sociales siempre fueron mucho más importantes para este tipo de tareas. Lo fue en el Voto Verde, lo fue también en el plebiscito de ANTEL, en el Voto Rosado de nuevo, para ANCAP. En todos, la mayor cantidad de firmas las consiguió el PIT CNT. Creo que también tiene que ver que muchas veces el movimiento sindical es más práctico y el Frente quizás sea más deliberativo. De todas maneras, creo que en los días que faltan el aporte del Frente puede ser decisivo.

¿Coincidís con Bottinelli que el 1° de mayo fue un momento clave de la campaña?

Puede ser sí, porque se juntaron en un día 80 mil. Pero todavía hay que ver cuántas firmas se anuncian en los próximos días tras las jornadas del 14, el 15 y el 16 de mayo. Por mis cálculos todavía se están precisando como 150 mil. Habrá que ver si en junio se logran. Yo creo que es algo posible, a pesar del cerco mediático que hay en torno a este tema.

¿A qué te referís concretamente con cerco mediático?

A que los micrófonos no están abiertos para la oposición, para los sindicatos, ni para los feminismos, por nombrar solo tres actores. Nunca lo están. Tener un micrófono abierto no es invitar alguna vez a Fernando Pereira a debatir en un canal. Tener micrófonos abiertos es incorporar la visión de la sociedad civil organizada, de sus organizaciones representativas en los debates sobre los grandes temas del país, no solo a nivel de las demandas de un sindicato concreto. Tener micrófonos abiertos es incorporar a los actores sociales como sujetos de reflexión permanente y asumir, además, que sus organizaciones representativas tienen un peso relativo mucho más importante que casi cualquier organización del Uruguay. Desde mi perspectiva, esas organizaciones representan a los trabajadores del país y no son iguales a las organizaciones que representan a los empresarios del país. Yo no creo que sean equiparables, no es un juego de equilibrios de platillos, los trabajadores son los que construyen este país, tanto los organizados como los que no lo están. A diferencia de lo que creen las cámaras empresariales o incluso a diferencia de lo que plantean de hecho las líneas editoriales de los principales medios hegemónicos, yo creo que los trabajadores construyen este país y todos los países del mundo. Y de su fuerza de trabajo es que se obtiene la riqueza que después se distribuye -creo yo- en general y en el sistema capitalista, de forma muy injusta. No son los empresarios los que crean la riqueza, ni de su bondad se obtiene derrame alguno. Cualquier conquista de los trabajadores se consiguió con lucha y esto ha sido así desde que la sociedad se divide en clases sociales que tienen intereses antagónicos. Y bueno, sí, hay un cerco mediático importante que oculta los intereses profundos de los trabajadores en general, que construye una agenda que es funcional a los intereses de la clases social que gobierna o que es funcional a los partidos representantes de la clase social que gobierna. Según mi visión, los medios de comunicación hegemónicos-entre otros- son dispositivos de reproducción cultural de las ideas de las clases dominantes, así que mal puedo pensar que no contribuyen de todas las maneras posibles a que esas ideas de las clases dominantes sean aceptadas como verdades absolutas. La reproducción de ese ideario dominante en los medios de comunicación a veces adquiere un formato noticiero, a veces uno de programa de entretenimiento, a veces uno de programa matutino generalista, en fin. Finalmente la idea es contribuir a que la sociedad incorpore de manera más o menos pacífica un sistema de ideas y sentidos que respalden una visión del mundo y por la vía de los hechos anulen otras. Te pongo un ejemplo de cerco mediático concreto: hace 20 días somos el país con mayor cantidad de muertes por COVID por millón de habitantes en todo el mundo. Con lo que le gusta a la prensa nacional hablar de la excepcionalidad uruguaya no hay manera de que eso no sea un escándalo diario. Y sin embargo, no es el tema principal y permanente de la TV, ni de los diarios, ni de las radios. Y no lo es porque a nadie le interesa generar un escándalo con eso porque en esta situación el gobierno tiene una responsabilidad importante. Eso es un cerco mediático.

¿Qué tanto han incidido las grandes cadenas internacionales en la formación de opinión sobre temas como Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil cuando gobernaban Lula da Silva o Dilma Rousseff, por ejemplo?

Muchísimo. La selección de temas, las noticias y el enfoque que se toma de ellas es funcional a los intereses de los sectores de poder dominantes a nivel global. ¿Por qué la cobertura del Lava Jato fue intensa y se acusó a Lula de corrupción? Porque los sectores dominantes a nivel hemisférico no querían más PT en Brasil. Por la misma razón apoyaron el golpe contra Dilma y armaron una agenda que cubrió unas movilizaciones golpistas como si fueran grupos de ciudadanos honestos que estaban desconformes con la suba del precio del boleto. Lo 'fogonearon', lo transmitieron al mundo, apoyaron y casi impulsaron el impeachment a Dilma mientras sostenían el discurso de la imparcialidad de la prensa. Respaldaron la persecución a Lula, construyeron o ayudaron a construir al Juez Moro como paladín de la justicia, respaldaron la prisión a Lula por una causa que todo el mundo sabía que era amañada. Apoyaron a Bolsonaro y ahora no saben bien qué decir porque el monstruo que crearon es incluso peor de lo que pensaron. Pasó lo mismo con Bolivia, con el golpe a Evo (Morales), ayudaron a crear la idea de que se quería eternizar en el poder, después que no era democrático, después 'propagandearon' el hallazgo de un supuesto hijo que no tuvo, después apoyaron a Carlos Mesa, después apoyaron a Áñez y todos los desastres que esa mujer hizo en el escaso año en que fue dictadora de Bolivia. Ahora como no pueden decir nada porque perdieron, no dicen nada hasta que esté pronta la próxima campaña. La selección de noticas que se hace de Cuba es la misma siempre. ¿Y por qué es así? Pues porque de Cuba lo que interesa es mostrar una sola cobertura posible sobre una agenda que ya está prediseñada y que cuestiona el sistema de representación política que deciden los cubanos, porque es opuesta al sistema de representación política liberal burgués. No importa si los cubanos están de acuerdo con su sistema de representación, solo importa lo que la agencia internacional de occidente dice sobre ese sistema de representación, que es lo mismo que dicen los dueños de las agencias internacionales de prensa que responden a intereses de los centros de poder. Y así con todo, con la concepción liberal de los derechos individuales, con la concepción liberal de lo público y lo privado, con la concepción liberal burguesa de la prensa, por ejemplo. Pero para decirlo de manera clara, lo que creo es que la prensa hegemónica no es 'la' responsable absoluta ni la 'culpable de todo', pero su alianza con los sectores dominantes sí es determinante y funcional.  

¿Crees que el lawfare fue una estrategia deliberada de las derechas en el mundo, en la región e incluso en nuestro país?

Sí, claro. Cualquiera que mire esto con un mínimo de rigurosidad se da cuenta. Hace cinco años hicimos un libro con Víctor Hugo Morales donde en algún pasaje hablamos del Plan Cóndor del siglo XXI. En aquel momento, era una conclusión relativamente arriesgada, pero si sumabas te dabas cuenta. Primero derrocaron a Zelaya, después a Lugo, después quisieron dividir Bolivia, después quisieron tirar a Correa, después el golpe contra Dilma, después la operación contra Cristina, después contra Lula, en fin. Naturalmente cada país tiene su proceso y sus condiciones pero la tónica general fue impulsar procesos destituyentes usando los mecanismos óptimos en cada lugar. En todos ellos contaron con la gracia y el impulso de los sectores hegemónicos de la prensa local e internacional, aliados con los sectores económicos más conservadores y sectores conservadores de los poderes judiciales. En particular el lawfare funcionó muy bien en Argentina, en Brasil, en Ecuador y en menor medida en Bolivia, en tanto el MAS ganó las elecciones allí. En el medio siempre se sostuvo la agresión a Cuba, a Nicaragua y el nuevo demonio que es Venezuela. Rafael Correa lo llamó el nuevo plan Cóndor y así fue.

Recientemente, una voz emergente de la cultural dijo que en Uruguay hay mucha gente con odio en cargos relevantes del Estado. ¿Crees que hay un espíritu de sospecha, revancha y cierto odio en algunos integrantes del gobierno?

Sí, da la impresión que tienen bastante bronca acumulada. Como dice García Linera, las clases plebeyas ocuparon el gobierno durante mucho tiempo y eso genera mucho odio, mucho rencor. Ese odio es posible verlo con las declaraciones destempladas de muchos dirigentes integrantes del gobierno que tienen la necesidad de agredir para figurar y de paso acumular 'porotos' por si alguna vez hace falta. Muchos tienen odio y vienen con espíritu de revancha y otros que quizás no tengan tanto odio 'tribunean' por las dudas. No creo que todo el gobierno sea así, creo que hay gente con real interés en solucionar problemas. El asunto es que no queden empantanados en ese clima áspero que se quiere crear.

¿Crees que hay una embestida persecutoria hacia los sindicatos, la cultura y la prensa independiente como La Letra Chica o Caras y Caretas?

Y sí, hay un proyecto restaurador en todo sentido. La derecha y la prensa independiente nunca se llevaron bien. La derecha solo se lleva bien con «su» prensa porque sabe que le es favorable, la domina y lo hace porque ambos tienen los mismos intereses, que son intereses de clase. A los medios que no dominan los tratan de liquidar. A La Letra Chica no la pueden ver y te persiguen diciendo que el dinero de los montevideanos se gasta en programas partidarios y que para eso no son los impuestos. Te lo dice gente que toda la vida financió sus mismos diarios con dineros del Estado, gente que gestionó tan mal los dineros públicos que casi fundieron los bancos nacionales y casi fundieron las empresas públicas. Lo que les molesta es que no pueden controlar esos medios, porque La Letra Chica puede tener otras agendas que quizás cuestionen las verdades reveladas que a veces la prensa hegemónica intenta imponer. Y me parece importante señalar que cuando hablo de la prensa hegemónica no me estoy refiriendo a los periodistas que honestamente hacen su trabajo. Me refiero a las líneas editoriales cuyo control escapa totalmente a los periodistas. Con Caras y Caretas pasa lo mismo, no pueden tolerar la diversidad de opiniones, que haya otro discurso, otra visión de las cosas, que alguien los confronte. Y primero nos agredieron diciendo que vivíamos por la publicidad oficial y como seguimos viviendo después de un año y medio sin publicidad oficial y tenemos proyectos más o menos exitosos, ya no usan ese discurso. Ah, porque los que nos acusan desde el gobierno sí distribuyen la publicidad oficial según les parezca y lo pueden hacer entre otras cosas porque a la gran prensa hegemónica le parece bien. Y le parece bien porque esa prensa hegemónica se considera dueña natural de la publicidad oficial. De vuelta, los plebeyos ocuparon espacios que estaban destinados a otros. Los sectores más ortodoxos de la derecha uruguaya tiene sus dispositivos de propaganda y generación de sentido y éstos son los medios hegemónicos.

¿Qué incidencia tiene TeleSUR en el panorama informativo actual?

Creo que a nivel continental tiene bastante. En Uruguay se ve poco, básicamente por Vera TV, lo que durará hasta que a Gurméndez se le ocurra o por internet. Nunca fue un proyecto de la izquierda en Uruguay. En eso la izquierda tiene un debe enorme porque cuando pudo plegarse a un proyecto comunicacional contra hegemónico de alcance mundial, no quiso hacerlo. Y no quiso porque creo que no le interesó disputar agenda o ese tipo de agenda, ni aquí ni en la región. Creo que esa debilidad pudo haber contribuido para que aquí no se viera mucho. En otros países se ve por muy distintas vías, pero se ve. Salió de la grilla de DirectTV porque su contenido era contrario a los intereses de Estados Unidos y el propio Estados Unidos operó para que saliera. Por TeleSUR te enteraste del golpe a Manuel Zelaya, te enteraste que en Paraguay destituyeron a un presidente, te enteraste de las manifestaciones en Perú, en Chile, te enteraste de las manifestaciones en Ecuador y en Colombia, los países modélicos de América Latina según el neoliberalismo. Parece que suceden cosas ahí, donde decían que todos estaban contentos. 

Estamos volviendo a escuchar que los pobres lo son porque no se esfuerzan y que los detenidos desaparecidos «algo habrán hecho». ¿Qué pensás cuando lees o escuchás esto?

Yo no tengo la visión romántica que mucha gente tiene del Uruguay. Creo que es un pueblo chico casi como cualquier pueblo chico, con las determinantes de su proceso histórico. Pero a pesar de no tener esa visión romántica creo que tiene muchísima gente muy valiosa. En ese contexto, creo que se han privilegiado las miradas egoístas pero no creo que eso refleje la generalidad de los uruguayos. Es posible que esa mirada aporofóbica esté presente pero no creo que sea mayoritaria. Creo que es posible, asumiendo que no es una sociedad absolutamente solidaria, encontrar miradas más justas, más solidarias, más comprensivas, más inclusivas. La marcha del 20 de mayo lo demuestra. El pedido de Verdad y Justicia no solo es mayoritario hoy, es absolutamente transversal. Y lo es no solo porque es justo, porque siempre fue justo. Lo es porque se insistió y nunca se bajaron los brazos. Lo es porque la sociedad se apropió de esa causa y una vez que eso sucede, esta no tiene retroceso. Esa es la principal derrota de los violadores de los derechos humanos y de los sectores que los cobijaron. El Uruguay ya incorporó que no es posible avanzar como pueblo sin conocer la verdad. Y la verdad va a llegar. A pesar de lo que hicieron para ocultarla, va a llegar.

La vida en pocas palabras

Mateo Grille nació en La Habana en 1977, vivió y se crió con sus cuatro hermanos en la tierra de Fidel Castro durante el exilio de sus padres. En 1984 la familia retornó al país pero al tiempo Mateo decidió volver a Cuba, a reencontrarse con parte de su historia. Fue y vino tratando de reconocerse en el camino. Al tiempo y de retorno a Uruguay, probó estudiar Ciencias Sociales y luego Antropología, siempre en la Universidad de la República, aunque un ACV le cambió todos sus planes. Así fue que comenzó el oficio de periodista, de lector a escritor, escucha y conductor, ensayo y error. Condujo el programa Cría Cuervos en las mañanas de CX30 Radio Nacional, junto a un equipo de profesionales de destacada trayectoria: Jorge Temponi, Eleonora Navatta, Atilio Duncan Pérez Da Cunha (Macunaíma), Soledad Platero, Sandino Núñez, Raquel Ceballos, Luis Gallo, entre otros, en el que siente que cumplieron el rol de aportar «otras miradas» y «encares distintos» en las agendas de los periodísticos radiales tradicionales de la AM. Mateo es padre de tres hijos: Emiliana (23), Valentín (16) y Matilde (12), desde hace años es editor general de Caras y Caretas, «la única revista política del Uruguay», que acaba de cumplir dos décadas de vida y además es corresponsal de la cadena TeleSUR.   

Modificado por última vez en Miércoles, 26 Mayo 2021 19:14
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