«No nos callamos más»
Carta abierta a las autoridades, instituciones y organizaciones que gestionan los espacios del carnaval y la cultura.
No nos callamos más
El año pasado, a fines del mes de agosto de 2020, irrumpió en la esfera pública la cuenta @varonescarnaval, que expuso lostestimonios de decenas de mujeres y niñas abusadas y violentadas en diferentes espacios pertenecientes al ámbito de carnaval.
A partir de la derivación del Fiscal de corte Jorge Diaz, quien actuó de oficio, la fiscalía Penal especializada en Delitos Sexuales, Violencia Doméstica y de Género a cargo de la Fiscal Sylvia Lovesio inició una investigación a partir de la que seformalizaron varias denuncias por parte de mujeres, identificando 100 víctimas en el período de 6 meses de trabajo.
La Intendencia de Montevideo, a través de la Asesoría para la Igualdad de Género y el Departamento de Cultura, propuso respuestas y acciones de cuidados intermedios tales como la suspensión, en un principio, del carácter de concurso del Encuentro de Promesas, la contratación temporal de un servicio especializado de la ONG El Paso para la atención de situaciones de violencia de género en los espacios de la cultura, la realización de un protocolo para la participación de las niñeces en carnaval y la creación, junto a diferentes colectivo de mujeres y disidencias, del llamado “Punto Violeta”, un espacio de referencia y difusión de información que estuvo presente en diferentes instancias.
El tema ocupó varios espacios en los medios de comunicación y se instaló, por un tiempo, en el debate público. Muchas personas explicitaron su voluntad de trabajar en pos de la erradicación de la violencia sexual y de género en los espacios carnavaleros.
Sin embargo, a 9 meses del estallido de @varones carnaval y en plena planificación de los carnavales del próximo año, hay preguntas que continúan sin respuesta.
Desde la Comisión de Género de SUCAU, preguntamos a les organizadores responsables de esta fiesta popular:
¿Qué propuestas se han hecho a los varones denunciados para trabajar sobre sí mismos?
¿Qué respuestas reparatorias sostenidas y efectivas ha habido para las niñas y mujeres que pudieron contar los abusos y violencias vividos en el carnaval?
¿Qué hacemos con lo que sentimos las mujeres abusadas y violentadas cuando quienes abusaron de nosotras vuelven a los escenarios mientras nosotras seguimos con miedo, asco, dolor y enojo, porque todos esos abusos sucedieron en nuestros cuerpos?
¿Qué hacemos con el daño causado y con el que sigue causando esta violencia a través de la impunidad?
¿Qué hacemos con las niñas abusadas? ¿Con las niñas a las que les pusieron el pene en la cara mientras jugaban a las escondidas, o con las que fueron violadas porque eran sus primeras borracheras y los adultos responsables se ofrecieron para llevarlas a su casa?
¿Qué hacemos con los ataques de pánico que vivimos varias mujeres cuando pensamos en volver a carnaval?¿Y con la violencia simbólica que representan los flyerscon los que los abusadores anuncian sus obras de teatro? ¿Qué hacemos con lo que sentimos, con lo que nos afecta, con la impunidad que nos obliga a revivir cada sensación de los abusos, al ver que ellos siguen habitando los escenarios y nosotras tenemos miedo de volver?
¿Quién está valorando los indicadores de riesgo en la escalada de violencias que nos demuestran las conductas de estos varones denunciados? ¿Quién está trabajando con estas masculinidades? ¿Quién esta evaluando la peligrosidad de estos varones que violentaron, abusaron y/o violaron?
¿Qué hacemos con las puertas que se nos cierran en la cara, con la falta de empatía, con la burla y los juicios de descalificación que seguimos recibiendo cuando queremos protagonizar los espacios, cuando queremos subirnos a los escenarios? ¿Hay alguien pensando en estímulos reales para nuestra participación?
Entendemos que el punitivismo no soluciona este problema estructural ni el ocasionado por cada masculinidad violenta concreta. Entendemos que los denunciados tienen derecho al trabajo y que la cancelación no es la solución ni la reparación que todas necesitamos. Pero estamos comprometidas con los derechos de nuestras compañeras, entonces, volvemos a preguntar:
¿Y el grito de las mujeres? ¿Y el dolor de cada adolescente abusada que ve que no hay respuestas, y que las instituciones que deberían intervenir con cambios estructurales, con acciones claras, se olvida otra vez de ellas?
A través de esta carta abierta exhortamos a las autoridades y organizadores del carnaval y de espacios culturales o de gestión cultural a que tomen acciones urgentes, a que brinden seguridad a la ciudadanía, protección, contención y reparación a las mujeres, niñas y adolescentes que alzaron la voz. Creemos que, para volver a los escenarios, ciertas masculinidades deben pasar por un trabajo terapéutico serio y sostenido en el tiempo, y volveremos a poner estas preguntas en el espacio público cada vez que una mujer no se suba al escenario por miedo, y cada vez que sepamos que un violentador denunciado por decenas de personas lo hace de forma completamente impune.
Comisión de Género SUCAU
Somos Carnaval
PIT-CNT
