El ANTEL ARENA, pensado y construido como el más moderno estadio multifuncional de alta tecnología constructiva y de equipamiento del Uruguay, capaz de adaptarse a espectáculos deportivos, artísticos y culturales, se transformó en un espacio que alberga a 15 vacunatorios preparados para aplicar un total de 700.000 dosis de vacunas contra la COVID-19.
Miles de compatriotas llegan a diario hasta el ANTEL ARENA, y esperan su turno de vacunación en filas extensas, manteniendo las distancias requeridas para respetar los protocolos de cuidados.
En el amplio espacio de la explanada exterior, lejos de las filas y a distancia, cada jornada un grupo de militantes sindicales levanta un gazebo, coloca balconeras de la campaña #YoFirmo y cuelga banderas de distintos sindicatos y federaciones integrantes del PIT-CNT.
Es un ritual que se repite cada día. Temprano por la mañana, tres, cuatro o cinco militantes, desafiando el calor, la lluvia y el viento siempre intenso de esa zona de la ciudad, comienzan a levantar el gazebo de las firmas para habilitar el referéndum que derogue los 135 artículos más regresivos de la LUC.
Hay quienes llegan hasta al gazebo y piden para firmar. Son los convencidos que ya saben de qué se trata la LUC y no la quieren. Cuestionan la forma y el contenido. Rechazan el debilitamiento de las empresas públicas que propone esta ley, la restricción del derecho de huelga, la reducción del Estado «justo cuando más se lo necesita», y distintos aspectos como la precarización de la vivienda, y casi todos censuran los cambios que implementa la LUC en materia educativa. Hay quienes hablan de «la mercantilización de la educación pública» y quienes sostienen directamente que el gobierno «prioriza la educación privada sobre la pública».
También hay quienes solicitan material informativo, piden volantes, consultan los artículos impugnados y se toman su tiempo para decidir sobre la firma. Muchos vuelven a los pocos minutos con el volante en la mano y el dedo pulgar pronto para colocarlo en la almohadilla de tinta y luego en la papeleta.
Ximena es militante de SUTEL y además, integra el Ejecutivo de su sindicato. Es joven y milita «hace mucho tiempo». Ella contó al Portal del PIT-CNT que comenzó a militar en su sindicato porque quería defender sus derechos y los de sus compañeras y compañeros. Ahora dice que SUTEL es su casa. Pasa horas de su vida militando, intercambiando ideas, propuestas, y cuando hay que cubrir brigadas como la del gazebo del ANTEL ARENA, ella es de las primeras en anotarse. «La mayoría de quienes militamos sabemos que tenemos que disponer de muchas horas, lo hacemos con gusto, a puro orgullo, dejamos acá días libres, licencias, lo que sea, y compartimos un camino, integrar nuestro sindicato es una parte importante de nuestra vida ».
Según Ximena, a esta altura de la campaña, un sector importante de la población ya sabe que la LUC implicará muchos cambios en sus vidas, fundamentalmente en la educación, en la vivienda y en los derechos. «Muchos de quienes vienen hasta acá lo saben, incluso algunos que respetuosamente te dicen que prefieren pensarlo antes de firmar, pero saben de qué se trata la LUC. Pero también hay algunos que no tienen ni idea, eso siempre pasa, gente que vino por la vacuna y no le preocupa más nada».
Ximena está convencida que la violencia que se percibe y se lee en las redes sociales no es reflejo exacto de lo que siente la gente en la convivencia en los barrios. «Hay cierta gente que está más agresiva, hay rispideces en algunos espacios, la sociedad cambió, pero no es ni parecido al clima que se lee en las redes sociales donde todo es violencia».
Para ella, conversar con la gente en la calle y hablarle sobre la campaña de recolección de firmas es «un ejercicio de la democracia».
Según la visión de Ximena, la pandemia agudizó el individualismo, los miedos y el «hacé la tuya», algo que ella considera un retroceso doloroso después de tantos años de conquistas en materia de derechos sociales y sindicales. «La pandemia fortaleció el individualismo y se ha perdido el espacio de encuentro, de compartir charlas, abrazos, en mi lugar de trabajo el 90% está realizando teletrabajo. Y eso es tremendo. Tuvimos un compañero de otro departamento que falleció por COVID-19 y luego también murió su mamá por la misma causa. Esas cosas impactan, duelen, nos encierran, y corremos el riesgo de ir hacia ese escenario tan mezquino del sálvese quien pueda». Como contracara, desde SUTEL se apela a fortalecer los lazos y vínculos aprovechando las herramientas digitales para no perder la perspectiva del trabajo militante colectivo. Asimismo, remarcó la importancia de no dejarse aislar también por razones de género, de cuidados, de «apoyo y contención» en relación a las posibles víctimas de violencia de género. «¿Cómo hacés para dar una señal si sos víctima de violencia de género dentro de tu casa, si te encierran, te aislan, si perdés el diálogo con tus compañeros y compañeras de trabajo y del sindicato?».
Según Ximena, va a costar llegar a las 700 mil firmas «pero llegamos». Dice que será una victoria épica, al estilo de las hazañas deportivas del Uruguay. «De atrás y en la hora, pero llegaremos».