XIII Congreso: forjando y ratificando la unidad

Jueves, 17 Mayo 2018 16:40
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Representantes de la clase trabajadora del país comienzan el jueves 24 del corriente, a partir de las 18.30 horas, el XIII Congreso del PIT-CNT con un acto inaugural en la sala César Campodónico del Teatro El Galpón, ubicado en la Avenida 18 de Julio 1618. El orador principal será Fernando Pereira y durante el acto se le realizará un homenaje a Daniel Viglietti, se dará a conocer una semblanza de Wladimir Turiansky realizada por la Comisión de Fundadores y se proyectará el avance de la película Conversaciones con Turianky, realizada por José Pedro Charlo. El cierre de esta actividad estará a cargo de Tabaré Cardozo y su banda.

La lucha por la unidad del movimiento sindical llevó muchos años, sin embargo en 1965 los trabajadores, los sectores sociales y populares uruguayos lograron acuerdos que determinaron la realización entre el 12 y el 14 de agosto del Congreso del Pueblo. Este evento fue producto del desempeño denodado de muchos militantes políticos y sindicales que paso a paso fueron forjando la unidad, más allá de las divergencias que aún mantienen las distintas corrientes gremiales. A la hora de escribir esta nota de los 1089 habilitados para participar en el XIII Congreso, cuya consigna es ¡Adelante! En democracia y unidad, ya se habían acreditado 898 delegados sindicales.

El PIT-CNT, al igual que las distintas organizaciones que lo componen, es un ejemplo claro de democracia y participación. Cada estatuto establece la elección de cada dirección a través del voto y la participación de varias listas. Las distintas corrientes se expresan a través de sus representantes en los distintos sindicatos y los afiliados definen quienes serán sus dirigentes durante determinado período. A esto se le suman las distintas instancias de participación directa, a través de las asambleas por lugar de trabajo, de asambleas generales y de los congresos. Este sistema participativo y dinámico es lo que fortalece la herramienta sindical a la hora de presentar las reivindicaciones particulares del sector y generales a la hora de defender derechos mayores.

¿Cómo se forjó la unidad?

Carlos Bouzas, participante de la formación de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) y militante de todas las horas de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU), le recuerda al Portal del PIT-CNT que el 17 de octubre del año ´64, cuando hubo un llamamiento de la Central Sindical que existía en ese momento. La cual era pequeña y el llamado se le hizo a los sindicatos autónomos y la reunión se realizó en la sede de la Federación de Obreros de la Lana. En este encuentro se analizó y se expresó la preocupación por el golpe de estado en Brasil y por la creación, unos meses antes, de la Logia de los Tenientes de Artigas (en nuestro país).

A continuación publicamos de forma íntegra el material que nos hizo llegar Bouzas, que fue elaborado con motivo del 50 aniversario de la CNT, y que dio a conocer el 13 de noviembre de 2016 bajo el título Encuentro de cuatro generaciones: “Era un militante de base, miembro de la Comisión Representativa del Banco de Treinta y Tres; por lo tanto, en esos momentos tan importantes, que como ya se planteó aquí, abarcó un período de nueve años la preparación de la huelga general, que en esa reunión se resolvió por parte del movimiento sindical: En caso de ruptura institucional, en caso de falta de libertades, el movimiento sindical contestará con la huelga general, por tiempo indeterminado y con ocupación de los lugares de trabajo.

Y para eso formaron un organismo coordinador, al que le llamaron Convención Nacional de Trabajadores, que dos años después tuvo su congreso fundacional que terminó el 1º de octubre de 1966.

Pero desde 1964 en adelante, el “Canario” Félix Díaz nos llamaba cada tanto para ver como estábamos preparando la posibilidad de ocupación de los lugares de trabajo, en cada uno de los sindicatos. Y había que ir a una especie de confesión. Nosotros lo vamos a hacer de tal forma, los otros lo van a hacer de tal otra. Y él tomaba nota de si estaba bien o si estaba mal. Cómo íbamos a comer, cómo íbamos a dormir, cómo nos íbamos a comunicar con la familia, mientras estábamos ocupando.

Ese período, lo viví aprendiendo. Aprendiendo con gente que realmente sabía decirnos cómo pero sin darnos órdenes. Sabía decirnos cómo poniendo ejemplos, sugiriendo salidas, sugiriendo posiciones.

Los compañeros

Héctor Rodríguez en los textiles, Pedro Jauri en bancarios – mi mejor maestro-, el Pepe D´Elía, por supuesto, que siempre pedía que si había problema pasáramos para ver qué hacer y sugería cosas. A Félix ya lo mencioné, y otro compañero de gran valor, con el que aprendí mucho, sobre todo en materia de unidad, y que hoy se está cumpliendo un aniversario de su muerte, que era Gerardo Cuesta, que como todos saben, murió en el Hospital Militar.

El 24 de agosto, cumplió 95 años, el Dr. Raúl Varela, que fue un gran militante de la Asociación de Bancarios y fue el que armó la Sala de Abogados del PIT CNT por el año ´85, ´86.

Lo menciono porque él siempre cuenta que, en su carácter de jefe de la Sala de Abogados, hubo de concurrir a la Asamblea Anual de la Organización Internacional del Trabajo, acompañando a los dirigentes del PIT CNT, que representaban a los trabajadores uruguayos.

Y dice que todos los años que estuvo, vino alguien a preguntarle cómo hicimos los trabajadores uruguayos para crear una central única de trabajadores. A lo que él humildemente contestaba “bueno en otros países también hay centrales únicas de trabajadores”. Y le retrucaban: “Si, en otros países las hay porque el gobierno la impulsa y la apoya, o porque hay un partido político que la impulsa y la apoya, o porque hay un gran líder que la impulsa y la apoya; pero ustedes lo hicieron solos. A ustedes no los apadrinó ningún partido político, ningún gobierno. ¿Cómo fue que hicieron eso?”.

Y esto, yo creo que es único en el mundo. Es lo que nos distingue y es lo que nos debe seguir distinguiendo.

La unidad, una plantita muy tierna

La unidad es sumamente importante, pero es muy compleja de mantener. Porque conseguimos la unidad y la votamos en un congreso, no está viva para siempre. Y yo creo que por lo que me toca representar, vale la pena hacer algunas reflexiones sobre esto.

Hay un refrán en España que dice “del viejo el consejo”. Yo creo que es demasiado pedante. Yo prefiero lo que dice Don Atahualpa Yupanqui “si he pasao las que he pasao quiero servir de alvertencia, el rodar no será cencia pero tampoco es pecao”.

Nosotros en la defensa de la unidad, respetando la diversidad, lo que está plasmado en el Estatuto lo tenemos que practicar todos los días y lo tenemos que defender todos los días, aunque no siempre tenemos una continuidad natural.A veces nosotros mismos con nuestras actuaciones, provocamos situaciones, que tienen un origen pequeño, pero traen consecuencias que después cuesta mucho trabajo zanjar.

Creo que en ese sentido, aquello que decía Pepe: Que la unidad es una plantita muy tierna y que hay que regarla todos los días para mantenerla viva y hacerla crecer, es lo que deberíamos tener como lema de cada uno de nosotros. De los mayores hacia los menores y también desde los que recién empiezan hacia los de arriba.

El Estatuto aprobado especifica claramente las conductas que deben practicar, los sindicatos y especialmente los dirigentes, para no dañar el mantenimiento de la unidad. Hay algunas prácticas que no son buenas.

Por ejemplo, y todos lo hemos visto, que utilicemos calificativos personales, descalificando en una asamblea a un compañero, con la finalidad de lograr obtener una votación a favor mío y en contra de ese compañero, no ayuda a la unidad. Es preferible decir que la mejor posición es la mía por esto y por lo otro, y que la asamblea sepa resolver en función de esos argumentos y no en función de la duda que se puede crear sobre la persona. Porque si hay duda sobre una persona – y esto el Estatuto también lo tiene previsto – lo que hay que hacer es ir a los organismos para que aclaren esa duda o para que apliquen la sanción que corresponda.

A veces podemos llevar una posición a extremos, que imposibiliten la búsqueda de una solución entre todos, una posición de acuerdo entre todos, que sea buena para los trabajadores involucrados y que sea buena para la continuación del organismo; el instrumento que tenemos, que hemos creado y que es importante no desaparezca.

El instrumento y las conquistas

Porque si desaparece el instrumento, desaparecen las conquistas. Lo que hace que podamos conseguir más conquistas, es que el instrumento esté vivo y esté funcionando.

Tenemos que tener en cuenta para estas dificultades que se plantean en el movimiento sindical, que la prensa grande siempre nos va a dar la voz para que nosotros critiquemos al otro y digamos que las cosas se están haciendo mal. Si las cosas se están haciendo mal, lo discutimos en nuestra asamblea, no lo discutimos a través de la prensa grande. Lo discutimos en nuestra asamblea y tratamos de llegar siempre a las soluciones, de ser posible.

Al papel distorsivo a que nos somete la gran prensa, debemos agregar el accionar permanente de fuerzas políticas –desde dentro y fuera de fronteras-por sembrar división y promover sindicatos amarillos, con el rótulo de “sindicatos libres”. La experiencia vivida en Latinoamérica desde 1961 cuando se creó el Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (IADSL) fue compleja. En dicho Instituto participaba el gobierno norteamericano, la CIA, representantes de los sectores patronales con inversiones en nuestros territorios y representantes de las dos centrales sindicales norteamericanas fusionadas, AFL-CIO. En nuestro País funcionó con el nombre de Instituto Uruguayo de educación sindical (IUES). Dicen que el organismo fue disuelto en 1998.

No creo que sea conveniente encarar un conflicto siempre como una guerra y tratar a la contraparte como enemigo.

Nosotros entramos al conflicto para encontrar una solución. Y si el que está del otro lado es el enemigo, solamente matándolo vamos a tener la solución.

Y en la vida social siempre las cosas son para buscar soluciones, y para eso no es conveniente llegar a una situación de enfrentamiento brutal, que no ayuda y que no nos da más fuerza a nosotros.

No creo que sea conveniente trasladar permanentemente los conflictos reivindicativos al campo político, para la utilización política del conflicto reivindicativo. Sobre todo cuando estamos en una situación como la que vivimos actualmente en el país, donde la discusión puede ser muy fuerte. Y han tenido los compañeros, en los últimos meses, discusiones muy buenas, en el sentido de buscar salidas mejores que las que se ofrecían desde el gobierno.

Pero llevar eso a la descalificación de la persona o del cargo, es complicado. No creo que a nosotros nos ayude.

También es problemático no saber apreciar cuando un conflicto reivindicativo de nuestra parte, puede ser utilizado por la contraparte para la obtención de beneficios que atenten contra el programa que defendemos, que atente contra la gente y contra nosotros mismos.

Y esto lo hemos visto muchas veces en muchas actividades.

No creo que sea conveniente en un conflicto no tener en cuenta la opinión pública. Porque que la opinión pública -más allá de lo que diga la prensa- sienta simpatía por nuestra movilización es una cosa muy importante.

Porque la opinión pública está generada por gente que son trabajadores de otras actividades y que a veces no nos entienden, cuando nos estamos moviendo en nuestro sindicato.

Tampoco creo que sea conveniente medir el desarrollo de la vida del sindicato en función de las polémicas entre las agrupaciones. Porque se puede perder el necesario y permanente contacto con los trabajadores en el lugar de trabajo.

La razón del militante y el dirigente

La razón del militante y el dirigente sindical es estar en contacto permanente con la gente que trabaja en su área, en el área que le corresponde en la actividad que desarrolla. Porque la confianza del trabajador hacia el dirigente y el permanente contacto del dirigente con el trabajador, es mucho mejor que la discusión de élites en torno a la posición ideológica que defendemos.

Todo esto lo digo porque a lo largo de nuestra vida, de cincuenta años, hemos tenido que sufrir algunos problemas.

En el Congreso del año 1971, el Sindicato de Funsa no asumió el cargo que había obtenido en la Mesa Representativa y el Secretariado de la CNT, en protesta porque la mayoría del Congreso no había aceptado la integración de otro Sindicato a la Mesa Representativa.

Y esa situación, que fue una situación no deseada, duró desde el año 1971 al año 1973, cuando el Sindicato de Funsa resolvió, vista la puesta en práctica de la resolución de huelga general, incorporarse inmediatamente al comando de dirección de la huelga.

Porque era mucho más importante la defensa de las libertades y la democracia, que las diferencias que tenía ese sindicato con la mayoría de la Mesa Representativa de la CNT de aquel momento.

No obstante, fueron dos años complejos, difíciles, de discusión, que no ayudaba al funcionamiento del movimiento.

Ruptura

En el Congreso del año 1985 tuvimos una ruptura y el Congreso no finalizó.

Fue una discusión muy fuerte, como consecuencia también de integración de algunos sindicatos, en particular dos sindicatos cañeros de Artigas a las discusiones del Congreso, o no.

Y esto trajo como consecuencia la ruptura y trajo una dificultad que duró dos años también. Creo que hasta el año ´87.

En un congreso del año 2001, también por dificultades en la integración de la Mesa Representativa, catorce sindicatos grandes se retiraron del Congreso. Y ahí fue la primera vez, que la Mesa Representativa que quedó funcionando nos pidió, a los veteranos, por iniciativa de Pepe D´Elía, que fuéramos a ver la forma de volver a estar todos juntos. Y fue una discusión larga, difícil, compleja que, por suerte, dio sus resultados.

Como ustedes ven, todas las dificultades partieron de cosas pequeñas y demoraron mucho tiempo en resolverse. Por eso creo que ahora, a la hora que discutamos en una Mesa Representativa, tenemos que ver –desde mi punto de vista- que no es bueno que una resolución de si habrá paro o no habrá paro se vote por 21 a 20.

No es una buena cosa, porque hay que encontrar la manera de que si hay paro estemos todos de acuerdo, aunque el paro sea más chico, y si no hay paro estemos todos de acuerdo. La discusión debe continuar. No se zanja con una votación 21 a 20, porque eso, compañeros, puede ser el inicio de otra crisis como las que mencioné hace un rato.

Yo pienso que si nosotros, en nuestra actuación, con el de al lado, piense lo que piense, con el de arriba, piense lo que piense y con el de abajo, piense lo que piense, buscamos siempre la forma de salir hacia adelante aunque no esté exactamente contemplada mi convicción absoluta, pero puedo salir abrazado, esa es la mejor forma de defender la unidad en la diversidad que nosotros tenemos en forma exclusiva en el mundo”.

Los Congresos

La unidad se comenzó a hacer realidad a partir del Congreso del Pueblo, realizado entre el 12 y el 14 de agosto de 1965. A partir de ese momento, en el marco de distintas realidades y tensiones sindicales, se concretó la unificación sindical en el Congreso de la CNT, el que se llevó adelante entre 28 de agosto y el primero de octubre de 1966.

El I Congreso se reunió entre el 15 y el 18 de mayo de 1969; el II Congreso fue entre el 23 y el 25 de junio de 1971; III Congreso, 28 al 30 de noviembre de 1985; I Congreso Extraordinario, 29 al 31 de mayo de 1987; IV Congreso, 25 al 27 de mayo de 1990; II Congreso Extraordinario, 25 al 27 de octubre de 1991; V Congreso, 12 al 14 de noviembre de 1993; VI Congreso, 8 al 10 de noviembre 1996; VII Congreso, 24 al 26 de octubre de 2001; VIII Congreso, 24 al 26 de octubre de 2003; IX Congreso, 6 a 8 de octubre de 2006; X Congreso, 27 al 29 de noviembre de 2008; XI Congreso, 6 al 8 de octubre de 2011; XII Congreso, 15 al 18 de junio de 2015; y el XIII Congreso será entre el 24 y 26 de mayo de 2018.

Modificado por última vez en Jueves, 17 Mayo 2018 17:54
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