Cartas para ellos
Las cartas del calabozo fueron memoria viva del tiempo del terror en Uruguay. Los testimonios fueron saliendo en servilletas, cajitas de fósforos o en los lugares más insólitos donde los compatriotas encontraron un milímetro para contar el horror pero también el amor. Esa indeclinable e irrenunciable forma de resistir al intento de exterminio.
Pero hubo otras cartas. Cientos de papeles que iban y venían del exterior, desde la resistencia en el exilio, de compatriotas que se organizaron para enviar un pedacito de luz, retazos de solidaridad hechos cheques. Era el dinero que juntaba
Todo ese vínculo solidario quedó registrado en cartas que ahora cobran luz a través de la recopilación realizada por Noela Fernández Bidegain y Silvia Maresca Lacondeguy del Museo de
Carlos Bouzas explicó al Portal que ese dinero que se juntaba era para mandárselo a las familias en Uruguay que tenían a sus seres queridos presos. “Les mandábamos unos seis cheques por año, de un monto entre 100 y 200 dólares para ayudar en algo a los que tenían a su gente, a sus esposos, esposas, madres, padres o hijos presos”.
La forma que encontraron de enviar los cheques tenía sus particularidades. Había que tratar de evitar el pago de comisiones bancarias y allí surgió la colaboración de la banca española. Luego, prever que los sobres con los cheques podrían despertar sospechas de funcionarios de la dictadura que andaban por todas partes. “Conseguimos un grupo de españoles que nos prestaban sus nombres, direcciones, sus casillas postales y mandábamos desde allá con esos nombres ajenos a la sospecha militar”. Claro, Bouzas recuerda que muchos compatriotas viviendo en el terror de la dictadura al principio desconfiaban de esos cheques que llegaban de Europa “y hasta algunos los devolvieron”.
Los compañeros de
“La ayuda a los familiares se coordinaba en la oficina del coordinador de
Todo ese material fue recopilado con el trabajo de Noela Fernández Bidegain y Silvia Maresca Lacondeguy del Museo de
El libro “Cartas para Ellos” cuenta estas historias, y también refiere acerca de la solidaridad de
“El dinero lo recolectábamos de distintas formas; por ejemplo en Madrid vendíamos chorizos al pan, que en aquellos años, era algo que ni se conocía por España. Ellos comían el chorizo seco y con eso y por ejemplo, importando yerba para vender, hicimos finanzas para poder juntar el dinero que luego enviábamos a las familias de unos 300 presos aquí” explicó Bouzas. Cassettes con música popular uruguaya para vender, apoyos de gobiernos y hasta de una iglesia suiza fueron otros empujes de solidaridad que sumaron recursos a la campaña de
El libro “Cartas para Ellos” fue presentado hoy en la sede del PIT-CNT y desde esta semana estará a la venta en distintos sindicatos y organizaciones sociales.
“Fue muy emocionante el momento en que los compatriotas supieron la verdad, que los nombres de aquellos españoles desconocidos que enviaban cartas con cheques con dinero, en realidad, eran otros compatriotas uruguayos en el exilio”.
Bouzas reconoció que todo este proceso es parte de la construcción de la memoria, y que ese archivo que se fue generando y que ahora ve la luz a través de la publicación del libro, “es parte de la resistencia”. En tiempos en los que hablar de archivos de la dictadura inevitablemente se vincula a los grupos de inteligencia y enlace, estas cartas, este material, supone una vez más, la victoria de la libertad y la dignidad humana, por sobre todas las cosas. “Esta cadena humana de la solidaridad quedó reflejada en esas cartas, este archivo es eso, este libro es eso” sostuvo.
La obsesión por supervisar el manejo de los recursos, por testimoniar cada peso, cuidar el destino y manejo de los fondos solidarios, fue también lo que generó que este material primero se generara, luego conservara y finalmente, llegara a Uruguay a través de valija diplomática y ahora sea parte de la historia reciente.