No pasarán

Viernes, 05 Mayo 2017 16:26
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El próximo lunes el Observatorio Luz Ibarburu resolverá quiénes serán los encargados de llevar la denuncia por el caso Comando Barneix ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la instancia que se desarrollará durante la 162 sesión en Buenos Aires, el próximo 25 de mayo.

El Observatorio denunciará las amenazas contra 13 personalidades que están directamente vinculadas a los Derechos Humanos tanto en el ámbito judicial, académico, por militancia sindical o razones familiares.

En diálogo con el Portal del PIT-CNT, Raúl Olivera, coordinador ejecutivo del Observatorio en representación del PIT-CNT destacó que la delegación informará a la CIDH sobre el caso denominado Comando Barneix y sobre la realidad de la Justicia en nuestro país y las dificultades que han impedido que se haya avanzado en las causas en el Poder Judicial.

“Además de las amenazas nos importa describir para que se comprenda, cuáles han sido las dificultades que ha exhibido el Estado uruguayo en el proceso de Justicia en el cumplimiento de la sentencia en el caso Gelman. La situación de impunidad en general en relación con los crímenes del pasado y en relación con algunos hechos que están claramente vinculados como son las amenazas recientes que formularon sobre las personas que han tenido un papel destacado en las causas de DD.HH.”.

Olivera quien también es integrante de la Secretaría de DD.HH del PIT-CNT, aseguró al Portal que las amenazas del denominado Comando Barneix que serán tratadas en la reunión de la CIDH, tienen como intensión “amedrentar, generar una situación de inestabilidad a todo nivel, no solamente con los operadores de Justicia sino a nivel de la sociedad”. En este sentido, mencionó que cuando se habla de conocer los domicilios y los hábitos de las personas están amenazando a familiares, a la sociedad toda. “Personalmente entiendo que si tienen información de nuestros domicilios y nuestros hábitos, eso ha sido producto del espionaje de los servicios de inteligencia que de alguna manera ha seguido actuando y que ha seguido en democracia”.

La realidad

Según el coordinador ejecutivo del Observatorio Luz Ibarburu, el mundo ha estado más alerta de lo que sucede en nuestro país que la propia aquí en Uruguay. “Creo que ha tenido mayor repercusión a nivel mundial que aquí en Uruguay.

Si bien la instancia que el Observatorio desplegará el próximo 25 de mayo en Buenos Aires representará una instancia de alto interés para la sociedad civil, la Comisión Interamericana ya se pronunció sobre este tema con un comunicado con el cual instaba al estado uruguayo para que tomara las medidas para proteger a los amenazados y para identificar a los responsables (* Información completa al final de la nota).

En relación al Caso Gelman, Olviera sostuvo que el Estado uruguayo ha estado en diálogo con la CIDH pero en forma reservada. “El cumplimiento de la sentencia del caso Gelman acá en Uruguay también es un tema que ha pasado a segundo plano. El estado uruguayo fue condenado en el año 2011 a cumplir determinadas cosas, sobre ese cumplimiento la Corte Interamericana hace un seguimiento del cumplimiento de esta sentencia, y ese seguimiento implica que el Estado le informe lo que ha estado haciendo. Se ha dado un diálogo entre la Corte Interamericana y el Estado uruguayo hasta ahora en secreto, porque no lo conocemos. Nosotros desde la sociedad civil y sobre todo desde el Observatorio,  llevamos un seguimiento en relación a todos estos temas, ya sea siguiendo las causas que hay o patrocinando más de medio centenar, vamos a aportarle a ese organismo a nivel internacional que tiene que velar por los Derechos Humanos, vamos a decirle, esta es la visión nuestra de lo que el Estado pueda decir”.

La verdad

“Puede ser que el Estado uruguayo informe a nivel internacional que sobre este tema ha creado el grupo de Verdad y Justicia, creado la Secretaría de seguimiento para la Comisión para la paz, una unidad especial a nivel del Ministerio del Interior, una unidad especial a nivel de la Fiscalía, y que está por crear una Fiscalía especializada. Y que con esa información la Corte Interamericana puede decir “qué bien, el Uruguay en realidad está cumpliendo”, pero nosotros vamos a aportar una visión de decir, “¿cuál es el resultado del proceso de Justicia en el Uruguay?”, esos son elementos que tienen que estar a la hora de evaluar el proceso de justicia relacionado a los derechos humanos en el Uruguay”.

Comunicados de prensa | CIDH *

Washington, D.C. – La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena las amenazas de muerte realizadas contra autoridades, operadores de justicia y defensoras y defensores de derechos humanos de Uruguay y urge al Estado a adoptar medidas urgentes a fin de asegurar la seguridad de los operadores de justicia.

Según información de público conocimiento, las amenazas de muerte están dirigidas a personas que han tenido algún rol en el procesamiento de causas judiciales sobre graves violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura militar uruguaya (1973-1984). Las personas que fueron amenazadas son el ministro de Defensa de Uruguay, Jorge Menéndez; el fiscal de Corte Jorge Díaz; la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos del Uruguay, Mirtha Guianze, quien como fiscal presentó un recurso contra la ley de amnistía por un homicidio perpetrado durante la dictadura; Juan Errandonea, abogado defensor en ese proceso; Óscar López Goldaracena, abogado defensor de una causa penal por otro homicidio político de la dictadura; Federico Álvarez Petraglia, quien presentó denuncias de 28 mujeres por abuso sexual mientras estaban bajo detención ilegal en un batallón del Ejército durante la dictadura; Juan Fagúndez, abogado defensor en una causa judicial contra decenas de militares por torturas durante la dictadura; Hebe Martínez Burlé, quien presentó ante la justicia el caso por el cual fue sentenciado a la cárcel el ex dictador uruguayo Juan María Bordaberry; y cuatro personas vinculadas al Observatorio Luz Ibarburu, que da seguimiento a las denuncias penales por violaciones a los derechos humanos de la dictadura: el abogado Pablo Chargoñia, el magistrado francés Louis Joinet, el activista brasileño Jair Kirshke y la ex canciller Belela Herrera; así como la investigadora italiana Francesca Lessa, autora del libro "¿Justicia o impunidad? Cuentas pendientes del Uruguay post-dictadura".

De acuerdo a la información disponible, las amenazas de muerte fueron enviadas por correo electrónico e indican que “el suicidio del general Pedro Barneix no quedará impune”. El general Pedro Barneix, que encabezó Inteligencia Militar y a quien el presidente Tabaré Vázquez puso a cargo de un grupo para investigar el destino de detenidos desaparecidos durante la dictadura, se suicidó el 2 de septiembre de 2015. En esa fecha, la policía se presentó en su residencia para conducirlo a la cárcel, en virtud de su procesamiento por el homicidio político de Aldo Perrini en 1974. El fiscal de Corte Jorge Díaz, una de las personas que recibió dos correos con esta amenaza, dijo que en el mismo se indica: “No se aceptarán más suicidios ni más injustos procesamientos. Por cada suicidio de ahora en más, mataremos a tres elegidos azarosamente de la siguiente lista". Los correos fueron enviadas por correo electrónico utilizando una plataforma tecnológica que dificulta el rastreo de los mismos, triangulando en varios servidores localizados en diversos países.

En el informe “Garantías para la Independencia de las y los operadores de justicia”, la CIDH señaló que las amenazas y los ataques contra jueces y juezas, fiscales y defensoras y defensores públicos tienen generalmente por objetivo amedrentar y ejercer presión para afectar la imparcialidad e independencia de sus actuaciones. Las amenazas y los ataques contra las y los operadores de justicia suelen incrementarse cuando tienen a su cargo casos que son de gran relevancia nacional e involucran graves violaciones a derechos humanos. Estas amenazas revisten una especial gravedad, por el hecho mismo en contra de la persona pero también por el efecto intimidador y amedrentador que estos actos pueden tener sobre la víctima de la agresión y sobre otros operadores de justicia. Este efecto amedrentador puede aumentar el riesgo de que queden en la impunidad casos relacionados con violaciones de derechos humanos y, en general, menoscaba la confianza de la ciudadanía en las instituciones del Estado encargadas de administrar e impartir justicia.

En este sentido, la CIDH condena las amenazas contra operadores de justicia en Uruguay y urge al Estado a adoptar medidas urgentes a fin de proteger a las y los operadores de justicia. La CIDH toma nota del inicio de investigaciones judiciales sobre estas amenazas y espera que se establezcan las responsabilidades materiales e intelectuales que correspondan y que se sancione a esos responsables de manera efectiva. Si el Estado no garantiza la seguridad de sus operadores de justicia contra toda clase de presiones externas, incluyendo estas amenazas de muerte, el ejercicio de la función jurisdiccional puede ser gravemente afectada, frustrando el acceso a la justicia para las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos perpetradas durante la dictadura.

“Es importante que se hayan iniciado investigaciones con prontitud”, dijo el Relator de la CIDH para Uruguay, Comisionado Francisco Eguiguren. “Es igualmente importante que se conduzcan con debida diligencia hasta sancionar a los responsables. Las causas judiciales en general, y específicamente estos procesamientos por graves crímenes perpetrados durante la dictadura, deben avanzar sin que jueces, fiscales, defensores y otros operadores de justicia se sientan intimidados o amedrentados, de manera de garantizar el acceso a la justicia para las víctimas”, agregó.

Por su parte, el Relator de la CIDH sobre Defensores y Defensoras de Derechos Humanos, Comisionado José de Jesús Orozco, destacó la importancia del trabajo de jueces y juezas, fiscales y defensores y defensoras que con determinación han seguido buscando justicia a pesar de todos los obstáculos, incluyendo la vigencia de una ley de amnistía de 1986, llamada Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. “Las personas a las que se amenazó de muerte han tenido un rol muy significativo impulsando este tipo de causas y avanzando en el camino hacia la justicia. El Estado tiene la obligación de garantizar su seguridad para que puedan seguir haciendo su trabajo con independencia y sin riesgos a su vida o integridad”, dijo el Relator.

La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.

Modificado por última vez en Viernes, 05 Mayo 2017 19:44
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