La esperanza sigue intacta y matemáticamente aún tenemos
Corría el tren Tacuarembó-Rivera, olvidado de los medios de prensa, corrido por el esfuerzo de los trabajadores ferroviarios, la pericia de los mecánicos para inventar repuestos y hacer arreglos casi mágicos, los conductores esquivando ganado por las vías, guardas que conocen su pasaje, estacioneros luchando contra el abandono y toda la cadena de esfuerzo que involucra desde oficinas, control, comunicaciones y cuadrillas.
Corría ese tren, pasando por pueblos de los que solo se acuerdan en las elecciones, que quedan aislados cuando crece un arroyo, porque si viene una trasnancional poderosa se ensancha hasta la ruta 5, pero no sobra ni unos metros de portland para hacer un puentecito que permita el paso en los caminos del interior profundo.
Por esos rumbos, venía corriendo el tren, cuando a lo lejos se divisa en la parada un nutrido grupo de liceales y sus profesores, inmensa alegría de poder transportarlos, alegría reciproca del pasaje al subir al coche motor. (VER VIDEO ABAJO)
Por eso decimos que la esperanza sigue intacta, intacta en el corazón de nuestro pueblo, que añora servicios de pasajeros, que añora se cumplan las promesas electorales.
Ahora como en el fútbol, también decimos que matemáticamente tenemos chance, se tienen que dar otros resultados, la rendición de cuentas debería asignar más presupuesto a AFE y poder invertir en material rodante e ingresar personal, es un partido difícil sin duda, el juez esta comprado, la cancha flechada, jugamos de visitante….
Algún día capaz los/as políticos cumplen sus promesas, o se acuerdan de los más infelices y dejan de vender humo o usar frases de Artigas, para darle a la población de las zonas rurales y de la zona metropolitana el tren de pasajeros que se merecen.
Capaz algún día se acuerdan de los ferroviarios y su esfuerzo, y recibimos un salario digno o condiciones de trabajo aceptables y los medios materiales para poder desempeñar nuestros oficios y profesiones.
Por un ferrocarril al servicio del pueblo.
